Ander Barrenetxea, nacido en San Sebastián el 27 de diciembre de 2001, es una de las futuras estrellas del fútbol español y el primer futbolista nacido en el siglo XXI que hizo su debut en LaLiga Santander. Desde su juventud, se distinguió por su habilidad como extremo izquierdo, debutando el 22 de diciembre de 2018 en el partido de la Real Sociedad contra el Deportivo Alavés. No obstante, tras su carrera con gran potencial, se halla el respaldo incondicional de su familia, en particular de sus padres, quienes han tenido un papel fundamental en su desarrollo personal y profesional.
Azu Muguruza, madre de Ander Barrenetxea, es una personalidad sobresaliente en el ámbito deportivo, aunque en un deporte distinto al fútbol. Desde hace más de 25 años, es entrenadora profesional en el IDK Gipuzkoa, un equipo de la Liga Femenina de Baloncesto en Donostia. Su carrera en el escenario deportivo se inició en 1993, cuando asumió la dirección del equipo universitario UPV/EHU. En su mandato, el club ascendió posiciones hasta establecerse en la máxima división del baloncesto femenino en España.
Además, Azu es miembro del equipo técnico de la selección nacional de baloncesto sub-20, lo que evidencia su compromiso y entusiasmo por este deporte. Su trayectoria como instructora le ha facilitado inculcar valores esenciales a Ander desde su juventud: disciplina, humildad y esfuerzo constante.
Aunque menos conocido públicamente, el padre de Ander Barrenetxea también ha sido una figura clave en su vida. Aunque no está vinculado al deporte profesional como Azu Muguruza, su padre ha desempeñado un papel esencial en el desarrollo personal de Ander, apoyándolo desde sus primeros pasos en el fútbol.
Si bien no se han revelado muchos detalles sobre su vida, se sabe que su padre comparte con Azu la tarea de mantener a Ander centrado en sus objetivos, ayudándole a manejar la atención mediática que llegó a su vida a una edad temprana. Ander ha expresado que su padre ha sido fundamental para enfrentar la presión que conlleva ser una joven promesa del fútbol. El balance entre la disciplina deportiva impuesta por su madre y el respaldo emocional de su padre ha sido esencial para que Ander se conserve modesto y dedicado a su trayectoria profesional.
A pesar de su precoz reconocimiento, Ander pasó una niñez bastante convencional en San Sebastián. Un detalle interesante de sus primeros años en el fútbol profesional es que, cuando aún no era mayor, usaba una bicicleta municipal para trasladarse desde el estadio hasta el corazón de la ciudad. Esta historia muestra la modestia con la que encaró el comienzo de su trayectoria profesional, un valor que sus padres han promovido de manera constante.
Otro punto llamativo es la proximidad que tiene con su madre en lo que respecta a lo deportivo. A pesar de que su disciplina sea diferente, ambos tienen el mismo amor por el deporte y la dedicación a lograr la excelencia.