La Fiscalía de Rumanía ha registrado este sábado tres domicilios de un colaborador de Calin Georgescu, el ultranacionalista prorruso que ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales, por sospecha de lavado de dinero, un día después de que el Tribunal Constitucional anulara el proceso electoral.
La operación se está desarrollando en la localidad de Brasov, a unos 180 kilómetros al norte de Bucarest, según informó la Fiscalía en un comunicado.
En esa nota señaló que la operación forma parte de una investigación sobre "la posible implicación de un individuo en la financiación ilegal de la campaña electoral de un candidato a la Presidencia de Rumanía (...)".
Ese dinero, señala la Fiscalía en su página web, podría proceder de actividades ilegales y haber pasado por un proceso de "blanqueo de capitales".
Aunque la Fiscalía no menciona nombres ni cantidades, el portal Digi24 cita fuentes de la investigación al indicar que la persona investigada es Bogdan Peschir y que habría aportado un millón de euros a la campaña en la red social TikTok de Georgescu, que el pasado día 24 ganó inesperadamente la primera vuelta con el 23 % de los votos, cuando no había superado el 6 % en los sondeos.
El Tribunal Constitucional anuló ayer todo el proceso electoral, por lo que ha quedado cancelada la segunda y definitiva ronda electoral que había sido convocada para mañana y en la que Georgescu iba a enfrentarse a la europeísta conservadora Elena Lasconi.
Ese tribunal justificó su decisión en la necesidad de "garantizar la imparcialidad y legalidad del proceso electoral".
Los medios rumanos indican que Peschir es la persona tras la cuenta de TikTok 'bogpr', de la que salieron pagos de al menos 381.000 dólares para influyentes que contribuyeron a hacer virales los vídeos electorales de Georgescu, un candidato casi desconocido antes de las elecciones.
El Servicio Rumano de Inteligencia ha concluido además que Georgescu estuvo respaldado por una estrategia de injerencia con un "modo de operar de un actor estatal", al que no nombra.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, apuntó ayer directamente a Rusia y le acusó de estar tras un "esfuerzo de gran envergadura y bien financiado" para influir en las elecciones rumanas, un país miembro de la Unión Europea (UE) y de la OTAN.
Georgescu, con posturas anti-OTAN y críticas con la UE, calificó la decisión del Constitucional de "golpe de Estado oficializado" y aseguró que se "ha pisoteado la democracia". También Lasconi reaccionó en esa línea.
Rumanía afronta una complicada situación política. El mandato del actual jefe del Estado expira el 21 de diciembre y debería ser sustituido interinamente por el presidente del Senado.
Sin embargo, el presidente saliente, el liberal Klaus Iohannis, ha dicho que seguirá en el cargo hasta que un sucesor elegido en las urnas jure sus funciones, y que el Gobierno debe convocar el nuevo proceso electoral.
Al mismo tiempo, el Ejecutivo de gran coalición entre socialdemócratas y conservadores está en funciones.
El país celebró el pasado día 1 elecciones legislativas en las que las fuerzas europeístas consiguieron el apoyo de más del 55 % de los votos frente al 33 % de los partidos ultranacionalistas y de extrema derecha, críticas con la UE.
