Para
aquellos que esperáis con ansias nuestra propuesta de ruta semanal y os dirigís
en su busca directamente al final de la publicación, permitidme que en esta
ocasión os de gusto comenzando por el final:
El Puerto del Medio Celemín se encuentra a 1312 m de altitud, pero nuestra ruta nos llevará a alcanzar los 1436 m. En el track están marcados los repechos duros.
Hora de encuentro: 8,45
Lugar de encuentro: Cuatro
Caminos – Navalafuente
Y ahora, os invito a seguir leyendo para disfrutar con el relato de una etapa mítica:
Lucien Buysse, imparable
“A Henri Desgrange,
fundador del Tour de Francia, le encantaba el ciclismo de tipos duros, el
ciclismo de supervivencia. Seguro que aquel martes 6 de julio de 1926 se frotó
las manos de júbilo ante el sufrimiento que tuvieron que vivir sus forzados de
la ruta.
Definida por muchos como la
etapa más dura de siempre en la historia del Tour de Francia. Aubisque,
Tourmalet, Aspin, Peyresourde, los Pirineos. Un
trayecto de 326 kilómetros para unir las localidades de Bayonne y Luchon. Lo que
hoy sería la etapa reina. Pero ni las cuestas ni la longitud (recordemos que
había etapas de más de 400 kilómetros en aquellos años) fueron los grandes
obstáculos ese día.
El pellejo de los ciclistas
se vio expuesto a una tempestad de proporciones bíblicas. Apenas empezaban a
subir el Aubisque, la lluvia apareció y pronto se transformó en una tormenta.
Las vías que debían guiar a los ciclistas hasta meta se convirtieron en ríos de
lodo y barro a través de los pasos montañosos.
En medio de este caos
encontramos un belga al frente. Lucien Buysse se llamaba, y ya había pisado los
dos escalones del podio del Tour (3º en 1924 y 2º en 1925). Pues bien, aquel
día cimentó lo que sería su primera y única victoria general en esta gran
carrera.
Después de 17 horas de
padecimientos, Buysse llegó a Luchon en primer lugar. ¿Y el resto? Bueno, tras
24 horas, únicamente 31 ciclistas habían llegado a meta de alguna manera. A los
demás tuvieron que mandar a buscarlos. Algunos parecían cadáveres, vagando semi
inconscientes por el camino, casi congelados.
“¿Esto cuenta como deporte?”
se preguntaron en Le Petit Parisien, la competencia de L’Equipe.
Probablemente para Degrange sí, aunque él mismo escribiese “nuestros
hombres sufrieron terriblemente”.
Los forzados de la carretera – Albert Londres