La inflación ha dejado los bolsillos de los españoles cada día más empequeñecidos. Tanto como para que un 58% de la población tenga serias dificultades para llegar a final de mes.
La brecha entre ricos y pobres no deja de agrandarse porque aunque un 7% dice vivir cómodamente y un 33% "lo lleva bien", un 37% declara vivir con lo justo y un 21% encuentra dificultades, según el último "Monitor del Coste de la Vida", elaborado por Ipsos.
A pesar de que estos datos no han variado mucho desde que comenzó la escalada de la inflación, el estudio percibe que las personas con ingresos bajos son más propensas a admitir que pasan dificultades económicas, así lo reconoce un 35% en esta última edición presentada hoy frente al 6% de las personas con altos ingresos.
Y lo que es peor, el análisis refleja que el 24% de los españoles cree que la vuelta a la normalidad de los precios no ocurrirá nunca, después de que se haya moderado la inflación, una percepción cada vez más compartida y que ha aumentado en seis puntos desde el mes de abril.
En contra del mantra gubernamental de que "la economía va como un cohete", cada vez más gente se muestra pesimista sobre la vuelta a la normalidad de la inflación, ya que la mayoría de los españoles (58%) cree que volverá en los próximos doce meses o después de 2025.
De hecho, y a pesar de la relajación de los precios y de los tipos de interés, casi dos tercios (61%) de la población española cree que la inflación aumentará en los próximos 12 meses, una cifra que se mantiene en línea con respecto a hace un año (64%).
Así, el 70% de los españoles considera que el coste de sus compras de alimentos aumentará en los próximos seis meses, así como el coste de otras las compras del hogar (65%) y un porcentaje similar de que se elevará el gasto de gas y electricidad, así como el precio del combustible (60%).
Además, el 64% de los españoles coincide en que el coste de sociabilizar (bares, restaurantes, cine y ocio nocturno) también será más caro.
Con estas perspectivas, un 21% piensa que descenderá su nivel de vida en los próximos doce meses, una cifra que se mantiene prácticamente en el mismo nivel desde abril de 2023, pero mucho más bajo que hace dos años (noviembre de 2022), donde ascendía a un 42%.
Sin embargo, los españoles no tienen claro si rebajar la presión fiscal es la solución: mientras un 32% de españoles se inclina por aumentar el gasto en servicios públicos, incluso si eso significa que tiene que pagar más en impuestos, casi el mismo porcentaje (33%) prefiere reducir los impuestos que paga.
En este capítulo existen diferencias por edad. Mientras que los "Baby Boomers" (los nacidos entre mediados de los 40 y mediados de los 60 del siglo pasado) se muestran más a favor de incrementar el gasto en servicios públicos (39%), solo un 28% piensa así entre los Z (los nacidos entre 1997 y 2012). Siendo estos últimos los que más a favor se muestran por reducir impuestos (38%) con una diferencia de 17 puntos respecto a los Baby Boomers (21%).
España es de los países europeos donde más gente se inclina por aumentar el gasto en servicios públicos junto con Suecia (40%), Irlanda (36%) y Reino Unido (35%).
