La Fiesta de la Inmaculada ha caído, esta vez, en sábado, por lo que, civilmente, se celebra el lunes 9. La palabra Inmaculada, referida a la Virgen, significa “sin pecado”. La Madre del Hijo de Dios hecho Hombre en sus entrañas purísimas, fue libre del pecado original en su misma concepción. Al terminar su vida terrena, la Madre de Dios fue llevada al Cielo en cuerpo y alma y, como madre nuestra que también es, está atenta a nuestras necesidades.
En la devoción española a la Inmaculada, destacaron sus reyes, desde Wamba.
La Vigilia de la Inmaculada, iniciadas del Venerable P. Tomás Morales, s.j. en 1946, se ha extendido por todas las capitales españolas de provincia, casi siempre presidida por el Obispo de la diócesis.
En Valladolid, presidida por el Sr. Arzobispo y Presidente de la Conferencia Episcopal, don Luis Argüello, desde hace unos años consta de un Rosario Procesional por las calles con la imagen de la Virgen, seguido de una Vigilia de oración con el precioso canto oriental del Akathistos,
Retazos: El primer voto explícito en defensa de la Inmaculada fue el de “Villapando y su tierra”, en 1466. La Inmaculada es la Patrona de la Infantería desde el milagro del Empel a los Tercios Españoles en Flandes (1585), que hizo exclamar al almirante Hohenlohe-Neuenstein: «Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro». España celebra a la Inmaculada como Patrona y protectora desde 1644, y su fiesta, el 8 de diciembre, es de carácter nacional desde el siglo XVI; pero fue el propio Rey Carlos III el 16-1-1761, quien signaba el Decreto-Ley por el que proclamaba oficialmente como Patrona de todos sus Reinos “a esta Señora en el misterio de su Inmaculada Concepción”. El patronazgo fue confirmado por la Reina Regente doña María Cristina de Habsburgo en 1892. El Papa Pío IX, mediante la bula “Ineffabilis Deus”, proclamó el Dogma de la Inmaculada Concepción de María Santísima, en 1854. En 1925, el Inmaculado Corazón de María se apareció a Sor Lucía de Fátima en Pontevedra (Galicia), en donde se encuentra el Santuario de las Apariciones. El Padre jesuita Tomás Morales (1908-1994), exultaba: “¡La Inmaculada nunca falla!”
Josefa Romo Garlito.