Son las jornadas de la Copa del Rey las que más ilusión despiertan por toda la geografía española. Clubes y aficionados acostumbrados al sufrimiento que acarrea la competición en el barro del fútbol español abandonan por unas horas su habitual apuro para sustituirlo por el entusiasmo con el que David se enfrentó a Goliat. Mientras, los millonarios equipos de la élite tratan de evitar protagonizar la primera campanada de la temporada en el torneo del KO. Por segundo año consecutivo, el primer club en hacer historia al dejar en el camino a un Primera responde al nombre de Unión Deportiva Barbastro . El conjunto oscense, que milita en Segunda RFEF –la cuarta categoría del fútbol español–, prolongó este martes su idilio reciente con la Copa. La temporada pasada se impuso a un Almería todavía en la Liga y puso contra la cuerdas al todopoderoso Barcelona. Este año, el premio de su victoria ante el Amorebieta en la primera ronda fue recibir al Espanyol. Un pueblo de apenas 18.000 habitantes frente a un equipo que acoge en su estadio a casi 40.000 espectadores. La genial actuación de Arnau Fábrega en la portería y un doblete de Sito Barrera tumbaron al conjunto blanquiazul y desataron las lágrimas de Dani Martínez . El entrenador del Barbastro no pudo contener la tensión acumulada durante la temporada, ya que los rojiblancos afrontaban su cita copera después de cinco derrotas ligueras consecutivas y en descenso. «Fue esa tensión que tenemos en el día a día de que no están saliendo las cosas. Fue una sensación de liberación , de decir 'por lo menos, con tantos días que estamos sufriendo, ha vuelto a suceder un día fantástico que será otra vez recordado por todos'», sostiene el técnico. El oscense, que regresó al banquillo rojiblanco la temporada pasada, es el principal culpable de la relación especial que se está fraguando entre el Barbastro y la Copa. «Cuando llegas al campo ya se palpa un ambiente especial por parte de todos. Y la posibilidad que este formato de Copa te da es una motivación extra. Hay una gran comunión entre todos, entre aficionado, jugadores, directiva y cuerpo técnicos y se crea ese ambiente que hace que se pueda producir. Sobre todo es creer , creer en que se puede dar la victoria. Son noches muy bonitas que serán inolvidables para todos», presume Martínez. Olvidarse de su mala dinámica en Segunda RFEF para centrarse en el partido tan especial que tenían ante sí fue una de las principales tareas del técnico antes de medirse al Espanyol. «Les dije a mis jugadores que estas cosas nunca sabes si van a volver a pasar. Después de lo que estábamos pasando en Liga, había que hacer un paréntesis, pensar solamente en el hoy y disfrutar del momento . Que disfrutaran y, sobre todo, que compitieran. Solo teníamos cosas que ganar». La victoria ante el Almería la temporada pasada supuso un punto de inflexión para el Barbastro. Dani Martínez confía en que este año ocurra lo mismo. «Si se esfuerzan cómo hicieron el martes, se liberar un poco esa tensión de la cabeza y juegan todos los partidos con esta garra, esta actitud, esta solidaridad y humildad, podemos estar tranquilos porque los resultados seguro que llegarán». Aunque su prioridad vuelve a ser la competición doméstica, estarán presentes en los dieciseisavos, donde se medirán a un Primera, probablemente a un equipo que disputa la Supercopa de España –Real Madrid, Barcelona, Athletic y Mallorca–. «La temporada pasada nos tocó el Barcelona y vivimos una noche espectacular. Si nos toca el Barça otra vez va fenomenal, pero por pedir me gustaría cambiar y que nos toque alguno de los otros tres. Toque quien nos toque será un gran regalo para la ciudad de Barbastro y lo disfrutaremos todos», concluye Dani Martínez.