Las antiguas Canteras de Osuna se han convertido en el nuevo acicate turístico de esta ciudad sevillana donde brillan sus casas de un color blanco inmaculado y sus monumentos históricos como la Universidad y la Colegiata de Santa María de la Asunción y el espectacular panteón dedicado a la familia de los Duques de Osuna. Localizadas en la antigua Urso, estas canteras se utilizaban para extraer la piedra desde antes de la ocupación romana y fueron explotadas hasta la década de los 60 del siglo XX, cuando se dejó de trabajar en ellas. Al borde de un precipicio abierto por los canteros permanecieron las ruinas de la Ermita de la Vía Sacra , un templo de mediados del XVII que ahora acompañan de alguna manera a este monumento natural, llamado popularmente la 'Petra andaluza' por sus llamativos relieves en piedra. El éxito de este lugar ha sido tan fulgurante que se ha convertido en set de rodajes de televisión y videoclips , desfiles de moda, conciertos, recitales, galas benéficas o charlas culturales y cada vez es más frecuentado por los turistas que se acercan a Osuna preguntando por el ' tesoro nabateo ' del sur de España. Del Coto de las Canteras , localizado en la zona más alta de Osuna, han hablado algunos ilustres personajes de la literatura en español como Mario Vargas Llosa empleando el sobrenombre de 'La Petra de Andalucía' por sus curiosos relieves en piedra. Para Francis Lobo Valle, de 56 años, dueña de esta propiedad privada junto a su marido Jesús Ramos, esa comparación es un motivo de orgullo ya que de esta antigua cantera se han extraído sillares de piedra desde hace milenios para construir casi todas las casas de Osuna. De hecho su color ocre y su porosa textura han prestado su colorido y sabor a la ciudad desde los turdetanos hasta mediados del siglo XX. La historia de su adquisición arranca en 1999 cuando Francis y Jesús ofrecían un catering desde su restaurante El Mesón del Duque y una pareja del pueblo se acercó a su negocio porque querían casarse en un sitio peculiar de Osuna. «Estos chicos nos enseñaron el coto, mi marido se enamoró del lugar y decidimos iniciar esta aventura. Hay gente que adquiere un cortijo y nosotros compramos una montaña». Esa 'montaña' se había convertido en los años 60 en un lugar donde se abandonaban los escombros del pueblo. «Era casi un vertedero al que nosotros dimos vida después de tres años muy duros de limpieza -comenta Francis- y lo transformamos con sus paredes de 27 metros de altura en un lugar especial con una acústica casi perfecta, el auditorio cubierto natural más grande de España , que ya era utilizado por los romanos para sus cenas como si fuera un frigorífico». En 2004 Francis y Jesús deseaban también embellecer el coto y contrataron a un escultor local, Francisco Valdivia Gómez , para realizar una serie de esculturas y relieves replicando obras íberas tanto en el exterior como en el interior de las canteras y es ahora otro aliciente de la visita con un vistoso retablo interior, el lugar preferido de Francis en este complejo, en el que se refleja el esfuerzo de la recogida de la uva en esta área geográfica. A la luz del día la primera figura que atrae la atención del visitante es el león íbero, el 'guardián del coto' , que pesa 14.500 kilos y mide 3,50 metros de ancho y 2,50 metros de alto, pero hay otras piezas también interesantes como la rana, la mujer orante, el carnero, los tocadores de cuerna o la fuente del lobo. En la actualidad el Coto de las Canteras se utiliza para todo tipo de eventos privados, profesionales y musicales: bodas (3.800 euros cuesta el alquiler del espacio), congresos, pregones, conciertos (con un aforo de 740 butacas y 1.100 personas de pie, por el que han pasado Raphael, Pasión Vega, Chambao, Estrella Morente o Antonio Orozco), rodaje de anuncios y videoclips… pero el flujo de turistas ha aumentado notoriamente en los últimos años. que aprovechan también la visita para descubrir una colección de enseres y herramientas utilizadas para la extracción y transporte de piedras. En 2021 entraron en el Coto 9.000 turistas, la cifra ha ascendido a 30.000 en 1923 y este año el número crecerá con toda seguridad, de ahí que la visita se pueda realizar con audioguía. Francis se refugia en su tiempo de ocio junto a su familia, dos hijos y cuatro nietos, y espera que continúen su legado pensando en nuevos proyectos. El último de ellos lo prepara para 2025 y será probablemente un espectáculo de sonido y luces para aplicarlo en el interior de la cantera siguiendo algún ejemplo francés de éxito como el de las Carrières de Lumières en Provenza.
