191 cuerpos esperan su entierro final a las afueras de Tiro en dos fosas comunes decoradas con ramas de buganvillas. Aquí descansan milicianos de Hizbolá caídos en combate, miembros de los equipos de la Defensa Civil y civiles a quienes se enterró de forma provisional a la espera de una tregua que permitiera llevar los cuerpos a sus respectivas localidades. El alto fuego temporal cumple una semana y los servicios de emergencia comienzan a desenterrar y entregar a las familias los restos, pero solo aquellos que pueden ser enterrados ya que Israel ocupa decenas de localidades próximas a la frontera y el paso está prohibido. «Abrimos este cementerio temporal el séptimo día de la invasión terrestre porque los frigoríficos de...
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