Los perros tienen una habilidad sorprendente para identificar su juguete favorito, un hecho que va más allá de un simple olfato agudo. Una investigación reciente reveló un mecanismo en el cerebro canino que permite a estos animales reconocer y diferenciar sus objetos preferidos.
Los estudios demostraron que los perros procesan estímulos visuales y emocionales a través de áreas específicas de su cerebro, lo que les permite asociar su juguete con experiencias placenteras.
Una investigación científica realizada por la Universidad Eötvös Lorand de Budapest reveló detalles sobre cómo los perros identifican y seleccionan sus juguetes preferidos. Para sorpresa de todos, ¡No es el olfato!
Contrario a la idea de que estos animales se guían únicamente por la forma o el color, la investigación publicada en Scientific Reports reveló que la textura es el factor más determinante en la elección del perro.
La investigación de la Universidad Eötvös Lorand demostró que la textura es clave para la elección de juguetes en perros (Fuente: Pexels)
Para llegar a esta conclusión, los científicos evaluaron el comportamiento de 35 perros previamente entrenados. En experimentos diseñados para simular la tarea de encontrar un objeto entre varios, los canes debían elegir un juguete que coincidiera con las características de un objeto de control.
Los investigadores destacaron que, a pesar de utilizar la vista para identificar los objetos, el sentido del tacto fue esencial para la decisión definitiva.
"Esto sugiere que primero tendían a usar la vista para identificar al objeto, pero las señales táctiles fueron claves en su elección definitiva. Hasta donde sabemos, nuestros resultados proporcionan la primera evidencia de que los perros también pueden usar información táctil para resolver tareas de discriminación", explicaron los autores.
Esta investigación ofrece la primera evidencia de que los perros usan el sentido táctil para discriminar objetos (Fuente: Pexels)
Los científicos llegaron a una conclusión fascinante sobre la percepción sensorial de los perros y su similitud con la de los humanos más jóvenes.
A través de su investigación, destacaron que ambos, perros y niños, emplean todos sus sentidos para entender el entorno que los rodea. Sin embargo, hay una diferencia clave en la forma en que priorizan estos sentidos:
