Son viejos, pero siguen ahí ¿Por qué los conocidos establecimientos de El Palacio de Hierro y Liverpool continúan llenos de gente después de un siglo? Porque la otra opción es fastidiosa.
¿Puede haber algo similar, pero en nuestra ‘compu’? Ayer, la nueva era tecnológica confirmó que un nuevo modelo de ‘centro comercial’ toma forma para ustedes que quieren integrar la inteligencia artificial al negocio.
Piénsenlo. Quienes quieren ver, tocar o probarse ropa antes de comprarla, pueden ir caminando por distintas calles en busca de ‘boutiques’ y zapaterías; si van en coche, deben encontrar estacionamiento y todo eso es un fastidio; la otra, es ir a una tienda departamental y dar ahí con varios diseñadores y marcas. Se prueban lo que quieren, lo pagan y se lo llevan. Listo.
Para los negocios hoy existen ‘tiendas departamentales’ de herramientas digitales.
Las tradicionales son Office, de Microsoft; G Suite, de Google o IOS, de Apple.
Cada una de estas ofrece una ‘boutique’ de hojas de cálculo, como Excel; otra de presentaciones, como Keynote o Powerpoint y para escritura, un procesador de texto, como Word o Notas, de Apple.
En la naciente era de la inteligencia artificial llegaron primero las ‘boutiques’. ChatGPT, de OpenAI fue la más visible, Gemini, de Google, es otra.
Amazon tomó otro camino, reunió distintos servicios y conformó una plataforma llamada Bedrock, es una nueva ‘tienda departamental’ virtual a la que llegaron los proyectos de emprendedores, o esos diseñadores de nuestra era.
Con esta base, ustedes que conducen el destino de un negocio, pueden usar herramientas como la inteligencia artificial generativa de Anthropic, llamada Claude, para discutir ideas y proyectos como lo harían con ChatGPT, pero ahí mismo también, utilizar otras herramientas para administrar y presentar datos mediante gráficos, amén de imágenes o videos para conectar la administración con el área de marketing y la de atención a clientes. Incluso Llama, de la dueña de Facebook, Meta, está contenida en la misma cama de piedra.
La sofisticación acelera, pues incluye ‘agentes’, que como un gerente humano, son capaces de administrar procesos entre distintas aplicaciones como las mencionadas. Ahora, Bedrock añade a sus ‘jefes’ organizadores de agentes que pueden hacer las veces de un director.
¿Cómo se resume esto? En ahorro de tiempo para conseguir resultados mejores que los que obtienen ahora.
¿Quieren producir más? ¿De qué producto? ¿Por qué? Ese sistema puede ayudarles a decidir. Entramos en una nueva edición de nuestra función como personas.
No podremos competir con una computadora que procesa datos más rápido y hace tareas en menor tiempo que nosotros.
Lo que sí podemos, es decirle a esa herramienta de inteligencia artificial generativa cuál es el propósito, qué queremos conseguir, generar una arquitectura del plan y ejecutarlo con el equipo. En esto se manifiesta una segunda revolución industrial en la que saber de códigos como Java o Python no es indispensable para reorganizar tecnológicamente la empresa.
Nuestra función, la de todos, es la de crear nuevas maneras de hacer las cosas y usar nuevas máquinas virtuales para conseguirlo. Tal y como los fierros sustituyeron a los bueyes y la fábrica de Henry Ford mandó a volar a los caballos.
Nasdaq; SAP; Cisco; United Airlines; NVIDIA; Deloitte; Marriot, son usuarias de Bedrock.
Hay muchos en México expuestos a estas opciones contenidas en las plataformas de AWS. El INE, Banco Santander en su asociación con Open Bank o BBVA son parte de la lista. ¿Empresas mexicanas? Sky Alert, o Kavak están basados en esa infraestructura. Lo que viene es quizás la parte más sexy.
Ayer fueron presentadas Amazon Nova y Amazon Canvas dentro de la caja de herramientas de Bedrock. En síntesis, si tienen clara la idea, podrán hacer videos, campañas útiles para redes sociales, con pocas instrucciones.
¿Van a sustituirnos? Lo he escrito aquí antes. La inteligencia artificial, no, pero una persona que sepa de IA, sí.
