Cuando a Kianni Bolívar Flores y a su mamá, Juanita, les plantearon la posibilidad de que la adolescente estudiara en un programa de educación abierta, las invadieron las dudas. Hoy, sienten que fue la mejor decisión, pues la joven es una de las ocho personas que lograron la nota máxima de 900 puntos en el examen de admisión de la Universidad Nacional (UNA).
Kianni, de 17 años, es egresada del Centro Integrado de Educación de Adultos (Cindea) María Mazzarello, institución ubicada en Paseo Colón, en San José, manejada por la organización Sor María Romero. Ahí, contó doña Juanita, le ofrecieron a su hija una opción diferente a los tradicionales Cindea, dirigidos a personas jóvenes y adultas que no han podido terminar la primaria o secundaria.
La colegiala no llegó a esta institución por tener algún rezago o dificultades que le impidieran estudiar, sino que se matriculó aquí tras terminar octavo año en un colegio académico y sentir que no se adaptaba, pues la muchacha siempre recibió clases por parte de religiosas y se acostumbró a una educación más personalizada. Este centro de educación abierta ofrece clases de día y tanto ella como la madre reconocen la excelente formación que tuvo.
“El colegio es manejado por hijas de María Auxiliadora, es más pequeño, son alrededor de 120 estudiantes, solo chicas que han reprobado uno o dos años. La mayor se graduó el año pasado y tenía 23 años”, contó Kianni.
Kianni Bolívar cuenta que la orientadora del centro de estudios les consiguió prácticas y les daba espacios para que las realizaran, la joven dice que básicamente se preparó en línea para las pruebas de aptitud académica.
Su habilidad y dedicación también la hicieron alcanzar 749 puntos de los 800 posibles en el examen de admisión de la Universidad de Costa Rica (UCR). Ahora mismo, la joven está decidiendo en cuál de las dos casas de enseñanza cursará Psicología, pues desea convertirse en psicóloga forense.
“Me siento orgullosa, no es que me cuesta el estudio, pero sentirse reconocido y validado por una nota es increíble”, contó la futura universitaria, quien compartió un consejo para todas las personas jóvenes que tienen sueños.
“No importa de dónde venga usted, si quiere hacer las cosas el límite es el cielo. A veces, en ciertos momentos de la vida, se puede creer que no va a poder o que no se es tan bueno, pero siempre se puede, cuesta trabajo, uno se cansa, pero no hay que desfallecer, hay que seguir intentando”, afirmó.
Los otros estudiantes destacados con calificación de 900 puntos son: Hanna Leiva Chacón, Kaleb Alessandro Alvarado Méndez y José Pablo López Sánchez. La lista la completan José David Arias Leitón, Johanna Jiménez Mata, Eycol Estiben López Velásquez y Johel Jesús Ortiz Abarca.
Kianni es hija única y siempre ha contado con el apoyo incondicional de su mamá, que es administradora de empresas. Mientras la mujer trabajaba, la niña permanecía en una opción de cuido en la que entraba el lunes por la mañana y salía los viernes por la tarde, en la guardería la llevaban a la escuela. Actualmente, las dos viven en Cristo Rey, en San José.
Juanita le inculcó a Kianni la importancia del estudio: desde los tres años se lo reiteraba. Hoy reconoce que la joven siempre se ha destacado y ver las notas sobresalientes de su hija en los dos exámenes de admisión que realizó la colman de una inmensa satisfacción.
“En este examen de la UNA no me imaginé que fuera de los mejores promedios, para mí es un orgullo. Todo el esfuerzo que ha hecho ha empezado a ver frutos”, dice la mamá, quien recuerda una anécdota de su hija.
Kianni siempre ha sido una amante de las letras, actualmente dice que lee todo lo que caiga en sus manos. Desde niña le preguntaba a su mamá por el abecedario y cuando veía palabras consultaba cómo sonaban, así aprendió a leer cuando era muy pequeña. Por ello, cuando entró al kínder ya sabía muchas cosas y se quedaba dormida en clase, lo mismo ocurrió en la escuela, pues terminaba todo antes y decidía descansar en su pupitre.
“Era eso o andar hablando con mis compañeros y eso los podía perjudicar”, aclaró la muchacha.
El 17 de diciembre, Kianni se graduará del colegio y pocos meses después entrará a la universidad para convertirse en una profesional que espera realizar cambios en la sociedad.
“Desafortunadamente en Costa Rica hay muchos crímenes, si puedo ayudar desde mi labor como psicóloga forense, estaré muy complacida”.