Kiev. Ucrania redobla su presión sobre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en busca de más armas y una adhesión plena a la alianza militar, lo que provocó una inmediata reacción de Rusia. Moscú califica este escenario como “inaceptable”, mientras la incertidumbre crece ante el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y su postura sobre el conflicto. La OTAN, por ahora, opta por la cautela.
El Ministerio de Exteriores ucraniano afirmó que la única garantía “real” de seguridad para el país es su adhesión plena a la OTAN, lo que provocó una inmediata respuesta rusa.
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En Moscú, el portavoz gubernamental, Dmitri Peskov, expresó que la eventual incorporación de Ucrania a la OTAN sería “inaceptable” para Rusia, ya que representaría “una amenaza directa para nuestra seguridad”.
La urgencia ucraniana responde, en parte, al regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en enero, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del apoyo estadounidense a Ucrania y busca fortalecer su posición antes de eventuales negociaciones con Rusia.
En Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN comenzaron este martes una reunión de dos días. El secretario general de la alianza, Mark Rutte, se mostró cauto, reiterando el respaldo a Ucrania, aunque sin detallar un calendario para su adhesión.
El ministro ucraniano de Exteriores, Andrii Sibiga, participa en las reuniones y solicitó a la OTAN “el urgente abastecimiento de al menos 20 sistemas de defensa aérea, como Hawk, NASAMS o IRIS-T”.
Mientras tanto, los países clave de la OTAN mantienen reservas sobre una adhesión inmediata de Ucrania, temiendo que esta decisión desate un conflicto total con Rusia.
Fuentes diplomáticas consideran que un anuncio de adhesión sería también una provocación directa a Trump, quien ha señalado que podría resolver el conflicto “en cuestión de horas”, sin ofrecer detalles.
En el campo de batalla, Ucrania enfrenta retrocesos en el frente oriental ante la presión de las fuerzas rusas. Además, en una reciente reunión en Bruselas, el país pidió sistemas de defensa aérea capaces de contrarrestar el nuevo misil balístico hipersónico ruso, Oreshnik.