Primera gran empresa de peso que regresa a Cataluña tras la diáspora de 2017 con motivo del proceso independentista . El consejo de administración de la empresa cementera Molins ha aprobado este martes devolver su sede social a Cataluña tras ubicarla en Madrid en 2017. En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la firma ha detallado que el nuevo domicilio social estará en su planta de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona). «La decisión ha sido unánime y se toma pensando en el mejor interés de la compañía», precisaron a ABC fuentes de la firma. La noticia fue inmediatamente celebrada desde el Govern de la Generalitat , cuyo presidente, Salvador Illa , que no dudó en enmarcarla en el contexto de recuperación de cierta normalidad en Cataluña tras la derrota del independentismo en los últimos comicios y el nuevo ejecutivo socialista. «Grandes empresas vuelven a Cataluña. Podemos abrir una etapa de avances si hacemos bien el trabajo . Buen gobierno, estabilidad política y seguridad jurídica para generar prosperidad y empleo. Continuamos trabajando para que Cataluña sea, de nuevo, motor económico de España y Europa en beneficio de todos», apuntó el presidente Illa. Se estima que únicamente entre octubre y diciembre de 2017, 1.298 compañías salieron de Cataluña , más de la mitad de las 2.175 que cambiaron de región en esos primeros tres meses de conflicto, en un proceso que acabaría implicando la partida en los meses inmediatos de unas 4.000 firmas. En la misma línea que Illa se expresó la patronal Fomento del Trabajo , uno de los agentes más activos en la pretensión de que las empresas que han marchado desde 2017 regresen a Cataluña. El presidente de la histórica patronal ha calificado de « gran noticia por Cataluña » esta decisión de la empresa cementera y ha querido «felicitar a los directivos y al consejo de administración por esta decisión de devolver el centro de decisión de Cementos Molinos a Cataluña». «Bienvenidos», ha añadido. La decisión de Molins es relevante en tanto que se trata de la primera gran firma, familiar en este caso, que toma el camino de vuelta. La diáspora afectó a firmas de todos los tamaños: las del IBEX prácticamente en pleno -marcharon todas menos Grifols-, pero también pymes, o incluso firmas de pequeño tamaño, que optaron por latidutes con meos tensión política. Entre las que regresaron, únicamente se podía contar Aigües de Barcelona entre las grandes, una decisión que en su momento se explicó por su mayor dependencia de los contratos con las administraciones públicas. Por contra, el resto de grandes nombres de la empresa y las finanzas catalanas, incluyendo allí todo el conglomerado Caixa, siguen fuera de la región. Molins , que cotiza en el mercado de corros de la Bolsa de Barcelona y facturó cerca de 1.349 millones en el pasado ejercicio, tiene presencia en prácticamente todos los continentes y una plantilla sobre los 4.000 empleados. La decisión adoptada por el consejo pone fin también a la disputa interna en el seno del consejo, en tanto que una parte de la propiedad recurrión, sin éxito a los tribunales, la decisión de trasladarse a Madrid.