Suele considerarse la natación un deporte solitario. Más allá de la compañía en las pruebas de relevos, es el nadador quien se mide al inapelable juez en el que se ha convertido el cronómetro.
Jessica Vall ha tenido a lo largo de su carrera ese examinador, pero han sido
los compañeros de viaje los que han influido de forma muy firme en su camino.
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