La Escuela Taurina de Cataluña comienza un nuevo curso. Son ya más de veinticinco años de una larga travesía contra viento y marea. Que en esta tierra se mantenga a pleno funcionamiento un centro para la formación de toreros, es, al margen de un milagro, un esfuerzo impagable en el que están sumidos desde el primer responsable de la escuela hasta esa base social que hace posible que se haya abierto el plazo de inscripción para un nuevo curso, que ayuda para que todo funcione a la perfección. Más de un cuarto de siglo alimentando ilusiones, los sueños de muchos chavales que imaginaron tardes de gloria, que se vieron vestidos de luces, que acariciaron por primera vez un capote o...
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