Por primera vez desde que Juanma Moreno es presidente en 2018, la crispación y la tensión política desembocó en el Parlamento en un plante coordinado de los tres grupos de la oposición de izquierda al presidente del Parlamento, Jesús Aguirre, por su gestión de las peticiones de intervenciones y de las solicitudes de corrección del acta para retirar palabras proferidas por diputados. Esta situación de tensión con la labor de Aguirre ha seguido en los días siguientes y de hecho, dos de los grupos de la Cámara, el segundo y el tercero con más representación, PSOE y Vox, han formulado escritos de protesta que han sido registrados en los que se denuncia una «actitud caciquil y partidista» del presidente del Parlamento andaluz. El PP, por su parte, ha pedido respeto a su figura y a lo que representa. «Los debates se han convertido en una barra libre para la grosería, el menosprecio y la difamación por parte del partido que sustenta al gobierno. Hay un abuso por parte del presidente de la gestión del Pleno y una deriva totalitaria ya absolutamente partidista», recoge el escrito del Grupo Socialista firmado por su portavoz, Ángeles Férriz. «Solicitamos al presidente del Parlamento que vele por la imparcialidad a la que debe ceñirse, que se aleje de la arbitrariedad que le ha caracterizado y que no censure el debate de la sesión de control», apunta el escrito de Vox. Su portavoz, Manuel Gavira, acusó en rueda de prensa a Aguirre de mantener una actitud «caciquil». El portavoz del PP, Toni Martín, por su parte pidió «respeto» al presidente del Parlamento: «Lo que pasó en el pleno pasado me parece una vergüenza. Esa falta de respeto. El presidente puede actuar con mayor o menor acierto. Pero es una persona ecuánime y con valores. Han hecho un dibujo de la figura del presidente del parlamento que no se corresponde con la realidad».