De 32 días a seis meses: así se multiplica la espera para el especialista según el hospital al que acudas en Madrid

Los hospitales y centros de especialidades madrileños cada vez acumulan más pacientes que esperan una consulta con el especialista. El problema no es tanto la demora media sino el gran volumen de personas que están pendientes de una cita –un 12% de la población, la mayor tasa de España– y la escalada sin precedentes de la proporción de pacientes que se ven obligados a aguardar tiempos muy largos.

Más allá de la fotografía general, los datos que publica la Consejería de Sanidad permiten profundizar en cuál es la situación en cada hospital público. El análisis de las cifras realizado por elDiario.es revela grandes desigualdades entre centros pese a que todos pertenecen a la misma red. Basta el siguiente ejemplo: en la especialidad con más tapón, dermatología, el abanico de espera oscila entre los 32 días de la Fundación Jiménez Díaz y los 191 del hospital Ramón y Cajal.

El siguiente mapa muestra la desigualdad en la espera para el especialista en cada hospital de Madrid. Selecciona un área clínica y comprueba cuáles son los centros más saturados.

Hay centros con esperas muy disparadas en todas las especialidades. La Paz, uno de los buques insignia de la sanidad madrileña, tiene demoras de más de 100 días en una decena de ramas. Mientras que otros grandes hospitales, como el Ramón y Cajal, concentran el mayor atasco en especialidades puntuales –en este caso, dermatología, traumatología, ginecología y pediatría– que alteran la media. Sin embargo, el hospital que bate el récord de demora, con 107 días de promedio, es un centro situado en la periferia y de un tamaño mediano: el Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares).

Seis especialidades acumulan una espera media de más de cinco meses en Madrid. Los pacientes que acuden a dermatología en los hospitales Ramón y Cajal, La Paz y el Príncipe de Asturias, alergología en Puerta del Hierro, traumatología en el Ramón y Cajal y neurología en el Niño Jesús permanecen en la lista más de 150 días (alrededor de cinco meses) para ser atendidos.

Un mapa que dibuja no solo una lista de hospitales saturados, sino también de áreas clínicas donde lo habitual es que los pacientes esperen meses para ser un médico. En el siguiente gráfico puedes ver qué hospitales tienen las áreas más saturadas en cada especialidad, según los datos más recientes a octubre de 2024.

Incluso en las especialidades más saturadas, cuatro hospitales madrileños consiguen mantener las esperas. Son el General de Villalba, el Infanta Elena (Valdemoro), la Fundación Jiménez Díaz y el Rey Juan Carlos (Móstoles). Ninguno de los cuatro tienen esperas medias de más de dos meses para la consulta con el especialista. Todos comparten una misma característica: aunque su titularidad es pública, la gestión corresponde al macrogrupo privado Quirónsalud.

“Esto modifica el ecosistema. Se introduce alguien que tiene capacidad para atender mucho volumen porque tienen incentivos para ello”, analiza Salvador Peiró, que investiga sobre servicios de salud y farmacoepidemiología en la Fundación Fisabio. Los hospitales privatizados reciben una asignación económica extra por cada paciente de fuera de su zona que atienden, ya sea para una consulta externa o para una cirugía. Esas personas pueden llegar al hospital tras ser derivados por el propio sistema, que ofrece una cita más temprana que se puede aceptar o rechazar; o por iniciativa del paciente.

Y aquí emerge otra singularidad del sistema madrileño que condiciona cómo fluyen los pacientes en su interior: la libertad de elección de centro hospitalario. Cada paciente, independientemente de dónde viva, puede escoger a qué hospital ir. “Las grandes diferencias en las esperas siempre son desconcertantes, tanto para los que las estudiamos como para los pacientes, pero hay muchos factores que influyen en esto. Este es uno de ellos”, enmarca José María Abellán, catedrático de Economía de la Salud de la Universidad de Murcia.

En la siguiente tabla se muestra la desigualdad: los cuatro hospitales donde se espera menos de un mes (en promedio) en Madrid son los gestionados por el Grupo Quirón.

Además de la capacidad de elegir, el catedrático apunta a otros condicionantes que pueden explicar las divergencias, como la estructura de la población que se atiende –lo rica o pobre que sea la zona donde está un determinado hospital marcará las patologías que se atienden en cantidad y en tipología– o las herramientas de gestión de cada centro para evacuar las listas de espera.

“En los privatizados, el dinero sigue al paciente y eso se puede transformar en horas de trabajo. Cuanto más pacientes, más dinero tienes y despachas a la vez a más pacientes”, desarrolla José Manuel Freire, exportavoz de Sanidad del PSOE en la Asamblea de Madrid y profesor de la Escuela Nacional de Salud Pública, que asegura que esto no significa necesariamente que la gestión sea mejor sino que el sector público, tal y como está configurado, “obliga a nadar con las manos atadas a la espalda”.

“La sujeción al derecho privado da más flexibilidad a la hora de organizar: poder doblar turnos, abrir quirófanos por la tarde... Este hecho puede ofrecer una explicación de por qué ocurre esto, pero también el tamaño de los hospitales. Es decir, qué tipo de procesos pueden ofertar. Si son más sencillos de atender, la espera será más dinámica y tenderá a disminuir”, elabora Abellán.

La secretaria general de sindicato médico Amyts, Ángela Hernández, cree que hay que hacer “autocrítica” sobre estos datos. “Tenemos que hacerlo mejor. En la pública no ha habido traslado de profesionales desde 2011, estamos obligando a la gente a trabajar en el mismo sitio se lleven bien o mal y no hay evaluación de jefaturas, lo normal es que alguien sea nombrado y acabe su vida laboral allí”, pone como ejemplos de ciertas rigideces que aquejan al sistema.

Lo que sí tienen en común todos los hospitales son las especialidades que concentran más esperas. La coincidencia se da también a nivel, incluso, nacional. Dermatología y traumatología suelen liderar todas las clasificaciones. ¿Por qué? El tapón, dicen los expertos, responde a problemas estructurales que se han ido arrastrando por décadas.

“Cuando se creó la Seguridad Social todo estaba muy enfocado a la cirugía, de manera que ciertas especialidades, como dermatología, arrastran una carencia estructural. En los ochenta solo había dermatólogos para atender a los pacientes ingresados. Nuestra formación MIR depende de nuestra capacidad de formar, es decir, cada centro dice a cuántos puede enseñar y si hay pocos... se arrastra”, explica Peiró.

En el caso de Traumatología, prosigue, “los especialistas asumen muchas cosas que otros países harían los rehabilitadores”. “Los dolores de espalda se mandan al trauma cuando no siempre tiene mucho sentido que así sea”. Según un estudio encargado por el Ministerio de Sanidad para evaluar cómo van a evolucionar las plantillas de profesionales en el futuro, dermatología tendrá superávit “leve” en 2029 y “moderado” en 2035. Traumatología, sin embargo, sufrirá un déficit de profesionales si se tienen en cuenta las demandas de la población para entonces.

Más allá del detalle, el ascenso, en todo caso, es transversal en las listas de espera de la Comunidad de Madrid en los últimos años. La tendencia hacia arriba se repite si miramos las cifras en la mayoría de áreas hospitalarias. Consulta en el siguiente gráfico la evolución mensual de la espera media de todas las especialidades en cada hospital de Madrid.