Las estaciones de esquí españolas encaran la temporada invernal con cifras de reservas que superan todas las expectativas. En Baqueira, Formigal y Sierra Nevada, las ventas anticipadas han crecido un 30% respecto al año anterior, marcando un récord histórico, según Jesús Ibáñez, presidente de Atudem (Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña). Este impulso viene acompañado de una fuerte inversión en tecnología para la producción de nieve, una medida clave ante la previsión de un invierno cálido.
El inusual calor y la falta de precipitaciones durante el otoño han supuesto un reto para las estaciones, que tradicionalmente buscan abrir a finales de noviembre. Ibáñez explica a Confidencial Digital que, aunque las condiciones meteorológicas han sido adversas, confían en abrir sus puertas para el puente de diciembre: "Dan nieve en el Pirineo la semana que viene y también temperaturas bajo cero, lo que nos permitirá producir nieve. Estamos preparados".
La producción de nieve artificial es una herramienta fundamental para garantizar la actividad en estas estaciones. Actualmente, entre el 40% y el 60% de las superficies esquiables en España dependen de cañones innivadores, variando según la altitud. En Sierra Nevada, por ejemplo, las cotas más altas suelen mantener nieve natural debido a sus 3.300 metros de altitud.
La temporada 2024 ha visto una inversión histórica de más de 75 millones de euros en estaciones de esquí. Aunque este año no se han construido nuevos remontes, la modernización se ha centrado en cañones de nieve, maquinaria y mejoras en servicios como hoteles, restaurantes y aparcamientos.
Con estas inversiones se busca mantener la competitividad del turismo de nieve, un sector que emplea a más de 3.800 personas en España. "El esquí no es barato, pero mantenemos un número alto de visitantes porque ofrecemos calidad, tanto en instalaciones como en experiencias", subraya Ibáñez.
El perfil de los esquiadores está evolucionando. En estaciones como Sierra Nevada, los principiantes representan ya el 40% de los visitantes, un segmento que requiere atención especial para fomentar su fidelización. Además, ha crecido el turismo portugués, que compensa la ligera disminución de turistas británicos debido al Brexit.
"Portugal es un mercado en expansión. Nos ven como un destino cercano y atractivo gracias a nuestro estilo de vida", destaca Ibáñez.
Por otro lado, los mercados nórdicos y centroeuropeos, como Alemania y Holanda, están mostrando interés por España como alternativa a sus propios destinos de nieve. Sin embargo, Ibáñez considera que todavía falta promoción internacional para explotar el potencial de este tipo de turismo en nuestro país.
La oferta de las estaciones no se limita al esquí o al snowboard. Actividades como paseos en raquetas de nieve, rutas gastronómicas y excursiones en motos de nieve son cada vez más populares.
En Sierra Nevada, una de las estaciones más meridionales de Europa, destacan propuestas únicas como un parque de atracciones invernal y trineos sobre raíles, diseñados para atraer tanto a esquiadores como a quienes buscan disfrutar de la nieve de forma lúdica.
En estaciones como Formigal, la vida nocturna también es un gran atractivo. Su famoso Marchica Après-ski reúne a jóvenes esquiadores que buscan diversión tras un día en las pistas. Mientras tanto, Baqueira apuesta por una gastronomía de alta calidad, consolidándose como una de las opciones más completas del panorama nacional.
"La nieve no solo es deporte, es economía, empleo y desarrollo rural", concluye Ibáñez, que también subraya la importancia de apoyar un sector que atrae cada año a miles de visitantes nacionales e internacionales. Las pistas están listas y, con ellas, las expectativas de un turismo de nieve que, a pesar de los desafíos, sigue batiendo récords.
