Cuando quedan pocas semanas para que Joe Biden abandone la Casa Blanca y la vida política a sus 82 años, el presidente estadounidense ha tomado una decisión que hasta ahora había tratado de evitar, ha hecho uso de su privilegiada posición para indultar al único hijo vivo que le queda, Hunter Biden. El mandatario había prometido mantenerse al margen de los casos legales que enfrentaba su heredero, pero este fin de semana ha cambiado de opinión. Detrás del último giro de guion de Biden está el convencimiento de que los cargos que hay contra Hunter tienen motivaciones políticas. Creo en el sistema judicial, pero a medida que he debatido este tema, también pienso que la política ha infectado este proceso, lo que ha conducido al mal uso de la justicia, ha dicho el líder norteamericano a través de un comunicado. Según CNN, la Casa Blanca horas después de conocerse la decisión insinuaba que Biden no habría condonado a su hijo si Kamala Harris hubiera ganado las elecciones el pasado 5 de noviembre.
El perdón ha sido total e incondicional y cubre cualquier otro delito contra los Estados Unidos que él haya cometido o pueda haber cometido o participado durante el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2014 y el 1 de diciembre de 2024, fechas que coinciden con los años en los que estuvo al mando de la empresa de gas ucraniana Bursima y con el tiempo que el hijo presidencial ha estado haciendo negocios en el extranjero, incluso en China, trabajos por los que Trump ha ido contra él en varias ocasiones asegurando, sin pruebas, que debía ser procesado por actividades ilícitas internacionales. Hunter ha agradecido públicamente la decisión de su progenitor, que también ha sido respaldada por la primera dama, Jill Biden, y ha asegurado en un comunicado que admite y he asumido la responsabilidad de mis errores durante los días más oscuros de mi adicción, errores que han sido aprovechados para humillarme y avergonzarme públicamente a mi y a mi familia como deporte político.
La decisión de su presidente ha sorprendido a muchos ciudadanos y legisladores estadounidenses, sobre todo porque Biden siempre ha tratado de no darle motivos a su rival republicano para que le ataque y además prometió no utilizar su posición presidencial para favorecer a miembros de su familia. Me atengo a la decisión del jurado. Eso haré y no voy a indultarlo, dijo el pasado junio, cuando se presentaron cargos federales contra su hijo por tres delitos relacionados con la compra y tenencia ilegal de armas de fuego en 2018. No debió ser fácil para un padre alejarse de su hijo cuando más lo necesitaba, pero al final ha sido inevitable que se posicione y actué a favor de su familia. Espero que los estadounidenses entiendan por qué un padre y un presidente tomaría esta decisión, ha dicho Biden en su escrito, los cargos surgieron después de que varios de mis opositores políticos en el Congreso los instigaran para atacarme y oponerse a mi elección.
Por los delitos por evadir $1.4 millones de dólares, cargos por los que Hunter ya se había declarado culpable, la pena que enfrentaba era de 17 años de prisión, y 25 años más por los cargos relacionados con armas. Sin embargo, la Fiscalía tenía pensado pedir penas mucho menores, que seguramente le habrían evitado ir a la cárcel. Ambas audiencias para conocer las sentencias estaban programadas para el 12 y el 16 de diciembre, y probablemente ahora serán canceladas.
Hunter ha sido durante los últimos cuatro años el talón de Aquiles político de su padre. Los republicanos lo han utilizado para atacar al demócrata sacando a la luz su adicción a las drogas y detalles e imágenes íntimas de su vida que han dado más de un dolor de cabeza al líder norteamericano. El primogénito de los Biden se declaró culpable para evitar más problemas a la carrera de su padre, pero ahora el polémico indulto presidencial amenaza con dejar una mancha aún peor, de favoritismo, en su legado político tras 50 años de carrera, algo que Biden siempre ha tratado de cuidar y que ya estaba tocado tras la gestión que él y su partido hicieron de la salida electoral del líder demócrata.
Biden y Donald Trump se han acusado, sobre todo en los últimos meses de campaña electoral, de politizar el departamento de Justicia estadounidense, y lo cierto es que ambos han aprovechado su posición para ayudar a familiares directos o indirectos. Trump en el 2020 también perdonó a varios aliados, y a su consuegro, Charles Kushner, padre de Jared Kushner, esposo de Ivanka Trump, por evasión fiscal en 2005. A pesar de haber estado en la misma posición, el republicano no ha tardado en reaccionar a la decisión de su rival demócrata, y horas después de conocerse la noticia calificaba la decisión de abuso y error judicial. A través de su plataforma, Truth Social, ha criticado que el presidente no perdone a los rehenes del 6 de enero, los detenidos por el asalto al Capitolio, que llevan años encarcelados. Una ola de críticas ha llegado también de su partido, ha mentido de principio a fin sobre las actividades corruptas de tráfico de influencias de la familia, ha dicho el republicano James Comer en la red social X. Otros le recriminan a Biden que se haya saltado su repetida frase de que nadie está por encima de la ley. La decisión seguramente acaparará gran parte de la semana en el Capitolio cuando los legisladores regresen al trabajo tras las festividades de Thanksgiving. Al cierre de esta edición, Joe Biden no se había dirigido a la nación para explicar la decisión ni en su agenda aparecía esa posibilidad.