Han pasado 471 días desde el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso y en ese tiempo la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no ha sido capaz de encontrar un sustituto válido al ex presidente. Lo intentó con Pedro Rocha, inhabilitado por el TAD, pero ahora ya está cerca el día en que haya un nuevo presidente reconocido por todos. Con los miembros de la asamblea ya elegidos, el siguiente trámite para los precandidatos es conseguir los avales de 21 asambleístas para poder acudir a las elecciones del próximo 16 de diciembre.
Juanma Morales, presidente del Grupo IFA, y Gerardo González, antiguo secretario general de la Federación, son las alternativas para luchar contra el sistema que perpetúa un régimen de presidencias heredadas en todas las Federaciones deportivas.
Morales se mostraba orgulloso de su programa el día de la presentación de su candidatura. Entiende que no hay un proyecto igual para desarrollar el fútbol español, pero sus planes se estrellan contra el sistema, en el que los únicos conceptos importantes son los de asamblea y asambleísta. El programa no cuenta, sólo influye el control que se tenga de la asamblea.
Y ante ese panorama, Gerardo González, que conoce el fútbol y la Federación, renuncia. Ya perdió unas elecciones, las únicas a las que tuvo que acudir Villar para ser reelegido. Le faltaron 16 votos para derrotar al hombre que dirigió la Federación durante 30 años. Entonces acababa de salir de la Federación, conocía los puntos débiles de Villar y los lugares donde podía encontrar avales y votos. Ahora todo es más difícil.
Pero Juanma Morales no renuncia a conseguir antes de las 12 de la noche del martes 3 de diciembre los 21 avales que le permitan presentarse. Busca entre los descontentos y en el fútbol femenino y en el fútbol sala. Amanda Sampedro y Virginia Torrecilla, dos ex internacionales se ocupan del femenino; Julio García Mera y Julián Melero, del fútbol sala. Y así espera Morales lograr los 21 avales que le permitan exponer su programa a la asamblea. Algo que ni siquiera consiguió Iker Casillas hace cuatro años. Morales incluso ha suspendido su agenda pública y ha renunciado a conceder entrevistas en los últimos días para centrarse en conseguir los avales que le permitan ser candidato a la presidencia de la RFEF.
Morales espera poder cambiar las cosas, pero de momento la RFEF no se libra de la polémica. El fútbol español parece incapaz de encontrar un candidato salido de sus entrañas que no tenga problemas judiciales a la espalda. El elegido por las mayoría de las Territoriales es Rafael Louzán, presidente de la Gallega y antiguo consejero de Deportes en la Xunta con Alberto Núñez Feijoo.
Las Territoriales dominan la Asamblea y lo habitual es que cualquier candidato que presenten sea el ganador. Y tan habitual como eso es que ningún otro candidato consiga los 21 avales necesarios para presentarse. Louzán tiene los apoyos de la mayoría y es el principal favorito para heredar el asiento de Rubiales. El problema es que está condenado por prevaricación a siete años de inhabilitación, aunque no hay sentencia firme, y si gana las elecciones antes o después será inhabilitado. El CSD se plantea intervenir incluso antes de que se celebren las elecciones, en el momento en que Louzán sea proclamado candidato.
En ese escenario ha emergido Sergio Merchán, presidente de la Extremeña y heredero de Pedro Rocha, como posible sustituto de Louzán si es inhabilitado. Podría cederle incluso los avales necesarios para que se presente por si inhabilitan a Rafael Louzán. Un candidato con presidente de repuesto.