La renovada España de Ambros Martín se despidió en la primera fase del Campeonato de Europa de balonmano. El proceso en el que están inmersas las «Guerreras» sirvió para derrotar a Portugal en la primera jornada, competir con Francia, la vigente campeona del mundo y subcampeona olímpica, en la segunda y llegar a la última de la primera fase con todo por decidir. Esperaba Polonia, pero España cayó por 26-23 en un choque en el que siempre fue a remolque y pagó su bajó porcentaje en los lanzamientos.
A España le bastaba con un empate ante las polacas para seguir en el campeonato, pero las 17 pérdidas y un porcentaje sólo ligeramente superior al 50 por ciento en ataque acabó con la trayectoria en el torneo. El buen comienzo fue un espejismo poque los problemas ante la portería polaca aparecieron pronto. A España le costaba un mundo marcar y sólo los goles a puerta vacía permitían que el equipo se mantuviera en el partido. La selección sobrevivía gracias a las superioridades, pero necesitaba algo más para meter en problemas a Polonia. Y no lo encontró pese a apretar el marcador en el comienzo de la segunda parte (14-13). Un parcial de 6-1, con el ataque polaco superando a la defensa española, acabó con la resistencia de las «Guerreras».
26. Polonia (14+12): Wdowiak (p), Placzek (p), Zima (p), Kobylinska (5), Balsam (5), Olek (1), Rosiak (6), Michalak (3), Uscinowicz (0), Matuszczyk (0), Kochaniak-Sala (3), Tomczyk, Drazyk (2), Urbanska (1), Nosek, Zych (0) y Nocun (0).
23. España (12+11): Wiggins (p, 1), Morales (p), Campos (1), Arroyo (2), Arcos (1), O’Mullony (1), Somaza (3), So Delgado (1), Vegué (6), Gutiérrez (0), Bernabé (0), Pérez Buforn (1), Erauskin (6), Agulló (0), Gassama (0), Tchaptchet (0) y Álvarez (0).
Árbitras: Igor y Alexei Covalciuc (Mol). Excluyeron dos minutos a Kobylinska, Michalak, Olek, Kochaniak-Sala, Urbanska, Rosiak y Arroyo. Expulsada por roja directa Uscinowicz.