En una ciudad donde los bodegones cuentan historias de encuentros y sabores, hay uno que destaca por su legado único. Este imperdible bodegón porteño, que abrió hace 150 años, es el segundo más antiguo de CABA y sigue siendo un refugio para los amantes de la cocina casera y la tradición porteña.
Se trata de El Puentecito, un bodegón histórico de Barracas que abrió en 1873. Con más de 150 años, ofrece platos porteños clásicos en un ambiente que refleja la esencia de la vieja Buenos Aires.
El Puentecito es mucho más que un simple bodegón; es una pieza viva de la historia del Buenos Aires portuario. A pocos metros del Riachuelo, comenzó en 1873 como una pulpería, luego fue despacho de bebidas y almacén, hasta transformarse en el clásico lugar que conocemos hoy.
Su estética, cargada de detalles de época, incluye vajilla tradicional, paredes decoradas con fotos antiguas y barriles que refuerzan su carácter único.
El menú refleja la esencia de los bodegones porteños: porciones generosas y platos tradicionales como:
Para quienes buscan cerrar su experiencia gastronómica con un toque especial, este restaurante ofrece una selección de postres que conquistan cualquier paladar.
El flan casero, con su textura perfecta, el clásico queso y dulce, o la tarantella, cargada de tradición, son solo algunas de las delicias que hacen que cada visita termine de la mejor manera.
El Puentecito se encuentra en Vieytes 1895, en el tradicional barrio de Barracas.
Sus puertas están abiertas de martes a domingo, de 12 a 16 h, y los viernes y sábados extiende su horario de 20:30 a 00 h para ofrecer una experiencia completa.