La derrota de España ante Francia en la segunda jornada del Europeo, aunque perjudicial en la clasificación, dio esperanza, pues las pupilas de Ambros Martín compitieron de tú a tú contra la actual campeona del mundo pese a ser un quipo repleto de jóvenes y que ha sufrido una densa transformación desde el pasado verano. Sin embargo, todos los brotes verdes se incineraron ante Polonia, enfrentamiento vital donde la selección mostró su cara más errática. Se hartó a perder balones y no ejecutó una buena defensa, baches que permitieron a las eslavas dominar el encuentro de principio a fin y, de paso, certificar la eliminación de sus rivales. Era un duelo decisivo y España no dudó en empezar por todo...
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