El régimen sirio perdió el control total de Alepo, la segunda ciudad del país, por primera vez desde el inicio de la guerra civil en 2011, tras una ofensiva relámpago de grupos rebeldes que asestó un duro golpe al presidente Bashar al Asad, informó el domingo una ONG.
La alianza de milicias rebeldes dominada por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) inició el miércoles un asalto fulgurante para tomar Alepo, que dejó 412 muertos, en su mayoría combatientes de ambos bandos, pero también al menos 61 civiles, reportó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El HTS y otras facciones aliadas "controlan Alepo, excepto los barrios bajo control de las fuerzas kurdas", dijo a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH, una oenegé con sede en Reino Unido que cuenta con una amplia red de informantes en el terreno.
Estados Unidos y sus aliados Francia, Alemania y Reino Unido pidieron este domingo en un comunicado conjunto una "desescalada" en Siria y urgieron "una solución política al conflicto".
En el complejo caleidoscopio de la guerra civil siria, con fuerte presencia de fuerzas extranjeras, otro frente se intensificó el domingo 40 km al norte de Alepo, donde combatientes proturcos arrebataron a las fuerzas kurdas la ciudad de Tal Rifat y varias localidades aledañas, señaló el OSDH.
El reporte indica que las comunicaciones están cortadas con las zonas mayoritariamente kurdas, lo cual hace temer que se perpetren "masacres" contra esa población. Tal Rifat se halla unos 20 km al sur de la frontera con Turquía y está rodeada por regiones en manos de fuerzas proturcas o del ejército sirio.
El presidente Asad destacó "la importancia del apoyo de aliados y amigos para hacer frente a los ataques terroristas respaldados desde el extranjero" en la ofensiva de Alepo, tras reunirse en Damasco con el canciller iraní, Abás Araghchi. Rusia indicó por su lado que su aviación estaba ayudando al ejército sirio a "hacer retroceder" a los rebeldes en las provincias de Idlib (noroeste), Hama (centro) y Alepo (norte).
Se trata de los enfrentamientos de mayor magnitud en varios años en Siria, escenario de una guerra civil que estalló tras la violenta represión de protestas pacíficas en 2011. El conflicto, que involucró a potencias regionales y mundiales y a grupos yihadistas, ha dejado medio millón de muertos, millones de desplazados y un país fragmentado.
Los insurgentes liderados por el HTS controlan amplias franjas de territorio en la provincia de Idlib y algunas zonas en las de Alepo, de Hama, en la zona central, y de Latakia, con salida al Mediterráneo. Los kurdos sirios instauraron por su lado una autoridad autónoma apoyada por una fuerza militar en franjas del noroeste. El régimen sirio, con el apoyo de Rusia e Irán, comenzó una contraofensiva en 2015 que le permitió recuperar progresivamente el control de gran parte del país.
Los insurgentes iniciaron su ofensiva el mismo día de la entrada en vigor de un frágil alto el fuego en el vecino Líbano entre Israel y el movimiento islamista Hezbolá, respaldado por Irán, tras dos meses de una guerra sin cuartel.
Los rebeldes tomaron decenas de localidades en su marcha hacia Alepo, cuya rica historia está plasmada en su imponente ciudadela ubicada en su casco antiguo, inscrita por la Unesco en la lista del patrimonio mundial en peligro.En Alepo, un fotógrafo de la AFP vio vehículos carbonizados. En el interior de uno de los autos, yacía el cuerpo de una mujer en el asiento trasero. "Estamos atrincherados en casa", relató un residente que pidió no ser identificado por motivos de seguridad.
Los rebeldes "intentan poner una cara amable y tranquilizar a la población", que obligaron a las panaderías a trabajar toda la noche y hoy distribuyeron pan gratis", añadió.
Aaron Stein, presidente del Foreign Policy Research Institute (FPRI), con sede en Washington, consideró que "la presencia de Rusia se ha reducido considerablemente" en los últimos años y que "los rápidos bombardeos aéreos en respuesta tienen una utilidad limitada". El experto calificó esta ofensiva de los rebeldes como un "recordatorio de la debilidad del régimen".
En Idlib, hay cadáveres en un hospital y autos incendiados en las calles, según consta en las imágenes de la AFP, después de que el OSDH reportara que un bombardeo ruso mató este domingo al menos a ocho civiles, entre ellos dos niños. Medio Oriente está sacudido desde octubre de 2023 por la guerra entre Israel y el movimiento palestino Hamás en Gaza y está ahora en vilo por el frágil cese el fuego entre el Estado hebreo y Hezbolá.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró este domingo que "sigue constantemente los acontecimientos en Siria". El noroeste de Siria se mantuvo en los últimos años en una calma precaria, posibilitada por un alto el fuego establecido tras una ofensiva del régimen en marzo de 2020, mediado por Rusia y por Turquía.