Por primera vez en nuestro país se aplicó la Encuesta PULS 2024, desarrollada por Global School Leaders (GSL) en colaboración con Fundación Chile, y reveló que la carga administrativa y las brechas tecnológicas desafían los liderazgos escolares en Chile.
Más de 500 profesionales de equipos directivos respondieron la encuesta que permitió identificar la necesidad de fortalecer la administración escolar por medio de la formación y el uso de la tecnología, y cómo esto puede impactar en docentes y alumnos.
En diálogo con Radio y Diario Universidad de Chile, Marcela Colombres, directora de Aprendizaje para el Futuro de Fundación Chile, comentó esta realidad que se desprende de los datos. “Un hallazgo clave es que las tareas administrativas son detectadas como una carga significativa para los equipos directivos”, resumió respecto de los resultados.
A raíz de esto, describe, falta “hacer un trabajo de lo que es la gestión de tiempo y también incorporar tecnologías para liberar este tiempo en cargas administrativas”. “Reflota la urgencia para implementar soluciones que puedan disminuir esta carga, esta generación de estrés, y que puedan concentrarse en su rol pedagógico”, aseveró Marcela Colombres.
Es aquí donde el uso de la tecnología podría optimizar las tareas de los líderes escolares y tendría un impacto en el trabajo de docentes y en el aprendizaje de los alumnos. A nivel de Latinoamérica, según la encuesta, el 96% de los directivos encuestados cree que la tecnología facilita la explicación de conceptos a los estudiantes y un 91% cree que contar con estos elementos hace que el aprendizaje sea más accesible para todos los estudiantes.
Sin embargo, surgen a la vez otro tipo de desafíos relacionados con el acceso o no a los implementos necesarios. “En Chile vemos que tenemos buen acceso en comparación con otros países a electricidad, por ejemplo. Tenemos una cierta brecha de acceso a internet en las comunidades que respondieron”, expuso Colombres.
“Ahí tenemos una primera brecha. El hecho de que todavía existan comunidades educativas que no tienen acceso constante a electricidad, a internet o a dispositivos tecnológicos. Hay una barrera de entrada para la incorporación de tecnologías de escuelas”, enfatizó la también exasesora del Centro Nacional para Inteligencia Artificial en temas de educación.
Aunque Chile, a nivel de Latinoamérica, tiene un buen acceso a WiFi, impresoras, proyectores y computadores, entre otros elementos tecnológicos necesarios, Marcela Colombres advierte que “existe una brecha de cómo sacar el máximo potencial a los dispositivos”.
“El 50% de los que respondieron la encuesta indican que los dispositivos tecnológicos de su escuela no funcionan en su máxima capacidad. Hay un desafío a que se puede ir optimizando el uso y sobre todo el desarrollo de capacidades de competencias digitales”, señaló.
Según los resultados de la encuesta, los directores de colegios destinan un 68% de su tiempo y solo un 32% a actividades pedagógicas. Una realidad que podría cambiar con un uso más eficiente de las nuevas tecnologías. No obstante, al respecto, solo el 35% de los encuestados reconoció haber tenido formación tecnológica, la mayoría de ellos solo orientados en aplicaciones básicas para el aula.
Al respecto, Marcela Colombres detalló que las principales formaciones de los directivos de los colegios están orientadas a tres puntos: “enseñanza y aprendizaje en primer lugar, luego gestión de profesores y personal, y en tercer lugar salud mental y bienestar”. El uso de tecnologías aparece en el quinto lugar de las capacitaciones que tienen los equipos directivos en el país.
“Nos queda mucho espacio en cuanto a esta generación de capacidades, de cómo usamos y maximizamos el uso de la tecnología en la escuela. Pero que tenga efectos en la disminución de la carga de tiempos, en el estrés, y que finalmente cómo la tecnología apoye en el quehacer de los directivos pero que se libere tiempo para poder ofrecer más tiempo a la retroalimentación, a aspectos pedagógicos que tengan un impacto en la mejora del aprendizaje”, hizo hincapié Colombres.
Consultado respecto de la situación tecnológica de la educación en nuestro país, el académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, y especializado en educación superior con un foco en ciencia y tecnología, Sergio Celis, reflexionó respecto del impacto que tienen las nuevas tecnologías.
“La tecnología por sí sola no genera brechas educacionales relevantes”, parte aclarando el experto. “Lo que hace es que puede exacerbar brechas ya existentes, ese es el principal problema con las nuevas tecnologías que estamos viendo”, indicó.
En ese sentido, da el ejemplo de alumnos con buena comprensión lectora o con pensamientos lógicos matemáticos. “Usan la tecnología de una manera muy superior que aquellos que tienen esas mismas capacidades”, aseguró.
“El pensamiento crítico, la capacidad de analizar y resolver problemas, son habilidades que no requieren de tecnología, requieren de un muy buen profesor. Dicho esto, la tecnología genera una capa que si no está al alcance de las comunidades educativas les va a significar un retraso. No en lo central, pero les va a significar un retraso de que se pueden sumar a beneficios que esto trae”, analizó Celis.
En ese sentido, destaca cómo avanzar en el acceso en el mundo rural podría ser un impacto significativo en la educación. “Puede abrir mundos que eran impensados tiempo atrás. Como por ejemplo acceder a experiencias de aprendizaje que eran muy costosas, muy lejanas, hoy las puedo tener digitalmente y en una calidad muy superior de lo que conocíamos”, comentó Celis.