Beirut. Fuerzas yihadistas y otros grupos rebeldes tomaron la mayor parte de Alepo, la segunda ciudad más importante de Siria, en una ofensiva fulgurante contra el régimen de Bashar al Asad. Hasta ahora, más de 320 personas murieron, según informó una ONG este sábado.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en el Reino Unido pero con una amplia red de informantes en el terreno, reportó que aviones de guerra rusos bombardearon Alepo durante la madrugada. Fue el primer ataque aéreo ruso sobre la ciudad desde 2016, cuando el régimen reconquistó el área con apoyo militar de Moscú.
Este sábado, “al menos 16 civiles murieron y otros 20 resultaron heridos” cuando “aviones de guerra, probablemente rusos, atacaron vehículos civiles” en una rotonda de Alepo, señaló el OSDH.
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El ejército sirio indicó que “organizaciones terroristas lograron penetrar en amplias partes de barrios de la ciudad de Alepo”. Estos enfrentamientos son los más intensos registrados en varios años en Siria, donde la guerra civil que comenzó en 2011 dejaron medio millón de muertos y millones de desplazados.
El grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), antigua rama siria de la red Al Qaida, y facciones aliadas, algunas apoyadas por Turquía, lanzaron el miércoles una ofensiva en las provincias de Idlib y Alepo. Durante esta operación, tomaron decenas de localidades antes de ingresar el viernes en la gran urbe septentrional.
La ofensiva comenzó el pasado miércoles, coincidiendo con la entrada en vigor de una tregua en el vecino Líbano. En ese país, más del 50% de las personas desplazadas por la guerra, que las Naciones Unidas estiman en alrededor de 1,2 millones, siguen regresando a sus hogares.
“Instamos a que todos los retornados permanezcan vigilantes y sigan las directrices de las Fuerzas Armadas Libanesas. Bajo los escombros y en cada esquina podría haber artefactos sin explotar que representan una amenaza para sus vidas”, aseguró el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para Líbano (PNUD).
El OSDH reportó este sábado que los milicianos del HTS y facciones aliadas habían tomado “la mayor parte de la ciudad, edificios gubernamentales y prisiones” de Alepo. Los yihadistas y rebeldes desfilaron por la ciudad, instalaron su bandera frente a una comisaría y arrancaron un retrato de Asad, según imágenes de esta agencia.
También tomaron el aeropuerto internacional de Alepo, ubicado al sureste de la ciudad, tras la retirada de las fuerzas gubernamentales, indicó el OSDH. El informe añade que los rebeldes avanzaron en las provincias de Hama e Idlib, capturando “decenas de pueblos estratégicos sin encontrar resistencia”.
Según el último balance de la ONG, 327 personas murieron desde el miércoles: 183 combatientes del HTS y sus aliados, 100 soldados y miembros de las fuerzas progubernamentales y 44 civiles.
Irán indicó que “elementos terroristas” habían atacado su consulado en Alepo. Asimismo, abogó por establecer una “coordinación” con Rusia para acudir en ayuda del régimen de Asad. El canciller iraní, Abás Araqchi, viajará el domingo a Damasco para mantener conversaciones con las autoridades sirias, informó su ministerio.
En Alepo, una ciudad de unos dos millones de habitantes y centro histórico del país antes de la guerra, “la mayoría de los civiles permanece en sus casas y las instituciones públicas y privadas están casi todas cerradas”, indicó la radio oficialista Sham FM.
El director del OSDH, Rami Abdel Rahman, dijo a esta agencia que las fuerzas rebeldes tomaron rápidamente grandes zonas de Alepo “sin encontrar ninguna resistencia significativa”. “No hubo combates, no se disparó ni un solo tiro, pues las fuerzas del régimen se retiraron”, afirmó Rahman.
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“Las líneas del régimen colapsaron a una velocidad increíble, que tomó a todos por sorpresa”, apuntó Dareen Khalifa, experto del International Crisis Group.
El jefe del autoproclamado “gobierno” de Idlib, Mohamad al Bashir, justificó el jueves la ofensiva al afirmar que el régimen había “comenzado a bombardear zonas civiles, provocando el éxodo de decenas de miles” de habitantes.
El ejército turco, que controla varias zonas del norte de Siria, pidió el viernes “poner fin” a los “ataques” en Idlib tras los bombardeos rusos y sirios. El norte de Siria se mantenía en los últimos años en una calma precaria, posibilitada por un alto el fuego establecido tras una ofensiva del régimen en marzo de 2020. Esa tregua fue respaldada por Rusia y Turquía, que apoya a algunos grupos rebeldes sirios en su frontera.