Votaron 6.533 militantes de ERC de los 8.030 con derecho a voto. Una alta participación, que llegó al 81,35%, muy por encima de la alcanzada en la votación que avaló el acuerdo con el PSC que hizo president a Salvador Illa. La votación se repetirá el próximo 15 de diciembre con la participación de las dos candidaturas que han obtenido más votos.
La victoria la alcanzó Militància Decidim liderada por Oriol Junqueras y Elisenda Alamany que logró 3.157 votos, un 48,3%, insuficientes para cerrar el proceso en esta primera votación. En segundo lugar quedó la candidatura Nova Esquerra Nacional de Xavier Godàs y Alba Camps con 2.308 votos, un 35,3%, y en tercer lugar se posición Foc Nou liderada por Alfred Bosch y Helena Solà que ha obtenido 824 votos, el 12,6% de los votos, que queda fuera de la carrera. Un total de 244 militantes republicanos votaron en blanco, el 3,7%.
Oriol Junqueras ha ganado pero ahora tiene que afrontar una segunda vuelta en la que no se descarta la alianza de sus opositores para desbancarlo. Con la votación celebrada este sábado, la candidatura auspiciada por Pere Aragonés y Marta Rovira ha alcanzado un 35,3% y los contrarios al pacto con el PSC, Foc Nou, un 12,6%. La suma de ambos es del 47,9%, ligeramente por debajo de las cifras obtenidas por la candidatura de Junqueras, que ha perdido por ese escaso 3% que ha votado en blanco. En ERC, se da por descontado que las dos candidaturas perdedoras establezcan contactos para aunar esfuerzos contra Junqueras. Ambos coinciden en que Junqueras debe dar un paso atrás para, a juicio de ellos, volver a recuperar una ERC fuerte.
La alta participación ha favorecido a los adversarios de Junqueras que ha fracasado en sus predicciones de alcanzar el 50% de la militancia en la primera votación. La repetición electoral retrasa la entrada de los republicanos en el Gobierno de Barcelona y, quizás, lo más importante, el retraso en las negociaciones de los presupuestos generales del Estado y los de la Generalitat de Cataluña.
La campaña se le ha hecho larga a Junqueras. En las últimas semanas, Nova Esquerra Nacional ha reducido distancias con Militància Decidim. Los de Junqueras presentaron 2.565 avales. Los de Rovira y Aragonés solo 1.510. Las distancias en la votación de hoy se recortaron sustancialmente. Los entendidos sobre la estructura de la militancia de ERC ya avanzaban que unos 3.000 militantes no tienen vida orgánica y que, por tanto, no tienen filiación determinada por uno u otro candidato, y su voto es impredecible. Y hoy lo fue, y esa masa crítica no se volcó en el apoyo a Junqueras, que solo sacó 600 votos más que los avales que había obtenido.
A 830 kilómetros, en Sevilla, los socialistas estaban atentos al resultado final del congreso republicano. La buena noticia es que se han impuesto las dos listas que apuestan por el acuerdo con el PSC y con el PSOE, aunque serán exigentes en la concreción de los acuerdos, y ha sido ampliamente derrotada la candidatura que abogaba por romper el cordón umbilical con los socialistas. La mala noticia es que todas las negociaciones se retrasan quince días. Salvador Illa, el presidente de la Generalitat, se curó en salud y este sábado telefoneó a Junqueras y a Godàs. En expresión de Alfonso Guerra: «hay que regar el jardín».
De esta forma, quedan 15 días más para saber qué rumbo acaba tomando Esquerra, tras 13 años bajo los mandos de Junqueras, que ha devuelto al partido a la presidencia de la Generalitat y a cotas de poder y de apoyo electoral nunca vistas desde que regresó la democracia a España. Por tanto, los republicanos se enfrentan al dilema sobre dar continuidad a la senda de éxitos abierta por Junqueras o romper con esa línea y explorar nuevas vías inciertas. Además, una segunda vuelta puede estar cargada de mayor tensión para un partido dado a guerras internas.