¿Coronación primeriza o bicampeonato? Los brasileños Botafogo y Atlético Mineiro deciden este sábado en Buenos Aires al nuevo dueño de la codiciada Copa Libertadores, el principal torneo de clubes de fútbol de América.
El cuadro de Río de Janeiro, que disputará su primera final, parte como favorito en un partido que consagrará campeón por sexta vez consecutiva a un representante de Brasil, cuya adinerada liga se ha hecho inalcanzable para sus pares suramericanos.
El Fogão cuenta con un ataque de mucho cuidado (33 goles en 16 partidos del certamen continental) y está muy cerca de ganar su primer campeonato brasileño desde 1995, al tener tres puntos de ventaja sobre el Palmeiras de Sao Paulo a falta de dos jornadas para el final.
A pesar de que desembarca con la camiseta inflada al estadio Monumental, donde el pitazo inicial se dará a las 17H00 locales (20H00 GMT), el equipo que Garrincha hizo famoso prefiere ser cauto y respetar el poderío de la nómina de su adversario.
«Vamos a tener una tarea ardua para poder vencer al rival, pero seguramente lucharemos por ese trofeo hasta el último segundo, hasta la última gota de sudor», dijo el entrenador botafoguense, Artur Jorge, el viernes en rueda de prensa.
Para el que consideró el encuentro «más importante» de su carrera, el portugués de 52 años tendrá a disposición a su letal cuarteto ofensivo: los internacionales Luiz Henrique, Igor Jesus, Jefferson Savarino y Thiago Almada.
Pero no parece claro que pueda contar con su baluarte en la defensa, el central Bastos, quien padece una molestia física. En caso de que el angoleño no pueda jugar, Adryelson sería el titular.
«Tenemos una responsabilidad muy grande por el escudo que cargamos (…) Son muchos años sin ganar un título», dijo el volante Marlon Freitas, dueño del brazalete del Glorioso.
Aunque el presente les sonríe, los cariocas tendrán al frente a un Atlético Mineiro que sabe cuánto pesa la Copa Libertadores, que conquistó de la mano de Ronaldinho Gaúcho en 2013.
Comandado por el argentino Gabriel Milito, exdefensor del Barcelona de Pep Guardiola, el combinado de Belo Horizonte se enorgullece de poseer una nómina de quilates que lidera el experimentado atacante Hulk, de 38 años.
Pero a la vez carga con un lastre: 10 juegos consecutivos sin ganar (seis derrotas, cuatro empates), incluidas las caídas contra el Flamengo en las finales de la Copa do Brasil hace apenas unas semanas.
Pese a que los números no acompañan, Milito se mostró confiado en que el Galo estará a la altura en la renovada casa de River Plate, con capacidad para 84.567 espectadores y donde se espera la asistencia de decenas de miles de «torcedores» que han llegado en los últimos días a Buenos Aires.
«Llegamos realmente muy bien, con muchas ganas, no puede ser de otra manera. Sentimos un gran privilegio de estar aquí», afirmó el exzaguero, quien de ganar se convertiría en el primer DT argentino en alzar la Libertadores con un club brasileño.
Además de cargar el trofeo más codiciado del fútbol suramericano, el campeón se quedará con el último de los 32 cupos del Mundial de Clubes de 2025.
También accederá a la Copa Intercontinental que se disputará en Catar en diciembre y enfrentará al argentino Racing, flamante campeón de la Copa Sudamericana, en la Recopa en febrero.
«No podemos hablar del futuro sin el mañana», dijo Hulk, capitán del Mineiro, en un llamado a concentrarse en la final de la capital argentina.
Si no hay ganador en los noventa minutos, el partido irá a tiempo extra. Si la igualdad persiste, el vencedor de la edición 65 de la Copa Libertadores se definirá desde el punto blanco.
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