El ejército de Siria admitió este sábado que insurgentes penetraron en "amplias partes" de Alepo, la segunda ciudad del país, tras una ofensiva fulminante de yihadistas y milicias rebeldes que ha dejado más de 300 muertos.
"Decenas de hombres de nuestras fuerzas armadas murieron y otros resultaron heridos" cuando las "organizaciones terroristas lograron penetrar en amplias partes de barrios de la ciudad de Alepo", indicó el ejército, que detalló que los combates abarcaron "un tramo de más de 100 kilómetros".
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) reportó este sábado que Hayat Tahrir al Sham (HTS) y facciones aliadas tomaron "el control de la mayor parte de la ciudad, y de edificios gubernamentales y prisiones".
Este observatorio explicó que, por la noche, "aviones de guerra rusos lanzaron incursiones en zonas de la ciudad de Alepo por primera vez desde 2016".
El régimen de Bashar al Asad recuperó en 2015 el control de gran parte de Siria, gracias al apoyo militar de Rusia, Irán y del movimiento libanés Hezbolá.
En 2016, Al Asad restableció su autoridad en Alepo, que fue objetivo de masivos bombardeos desde que estalló la guerra civil en Siria en 2011.
Pero todavía hay amplios sectores del territorio que escapan a su control: Hayat Tahrir al Sham, una alianza yihadista liderada por la exrama siria de Al Qaida, controla partes de la región de Idlib, en el noroeste de Siria, y también porciones de las vecinas provincias de Alepo, Hama y Latakia.
Los rebeldes emprendieron una ofensiva relámpago contra las fuerzas del régimen de Al Asad el miércoles, coincidiendo con la entrada en vigor de un frágil alto el fuego en el vecino Líbano entre Israel y el movimiento proiraní libanés Hezbolá después de dos meses de guerra abierta.
El OSDH elevó el balance de muertos desde el miércoles a 311, de los cuales 183 son combatientes de Hayat Tahrir al Shams y sus grupos aliados, 100 soldados sirios y milicianos progobierno, y 28 civiles.
Medios oficiales sirios reportaron que cuatro civiles murieron cuando Hayat Tahrir al Sham bombardeó una residencia de estudiantes en Alepo, antes del comunicado sobre las bajas del ejército.
"Por primera vez desde hace cerca de cinco años, escuchamos cohetes y artillería todo el tiempo y a veces aviones", contó Sarmad, un habitante de Alepo, de 51 años. "Tenemos miedo de que se repita el escenario de la guerra y que nos veamos obligados a huir", añadió.
Un corresponsal de AFP vio a grupos de rebeldes festejando en Alepo el viernes por la noche. Otro corresponsal vio a combatientes insurgentes frente a la emblemática ciudadela de la localidad.
El Observatorio señaló que "el gobernador de Alepo y los jefes de la policía y la seguridad se retiraron del centro de la ciudad".
Según el OSDH, los yihadistas y sus aliados conquistaron unos 70 pueblos y aldeas del norte del país.
El director del Observatorio, Rami Abdel Rahman, afirmó a AFP no encontraron una gran resistencia en Alepo.
"No hubo combates, no se disparó ni un solo tiro, pues las fuerzas del régimen se retiraron", afirmó Rahman.
La fulminante ofensiva "recuerda hasta qué punto el régimen es débil", señaló el analista Aaron Stein, quien destacó que "la presencia rusa [en Siria] se redujo considerablemente".
Para Dareen Khalifa, experta en el International Crisis Group, la operación se había preparado meses atrás.
"Fue presentada como una campaña defensiva frente a la escalada del régimen" pero HTS y sus aliados "también observan el cambio regional y geoestratégico", apuntó.
"Creen que ahora los iraníes están debilitados y el régimen, arrinconado", subrayó.
Los yihadistas y sus aliados registraron avances en el norte, donde conquistaron la localidad de Saraqib, que reviste una importancia estratégica por encontrarse en la carretera que conduce a Alepo, a unos 40 kilómetros al suroeste de esa ciudad, explicó el OSDH.
El viernes, el ejército ruso informó que estaba bombardeando a fuerzas "extremistas" y Turquía reclamó un cese de los bombardeos en la región de Idlib.
La región de Idlib es objeto de una tregua mediada por Turquía y Rusia tras una ofensiva del régimen de Al Asad en marzo de 2020. Pese a que este alto el fuego ha sido violado en reiteradas ocasiones, se mantiene vigente.
Irán, que sostiene a Hezbolá, y Rusia respaldaron militarmente al régimen de Al Asad durante la guerra civil, desencadenada en 2011 por la sangrienta represión de las manifestaciones prodemocracia y luego de la rebelión.
La situación derivó en un conflicto complejo que con el paso de los años implicó a actores regionales, potencias extranjeras y grupos yihadistas, en combate en un territorio cada vez más fragmentado.
La guerra ha causado medio millón de muertos y obligado a millones de personas a dejar sus hogares.
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