Pilar Sánchez Acera ha dejado el cargo que ocupaba como miembro del Consejo de Administración de la empresa pública Paradores, después de quedar al borde de la imputación por revelación de secretos al conocerse este pasado viernes por las actas notariales que Juan Lobato entregó al Tribunal Supremo que fue ella quien le filtró el correo entre la defensa del novio de Isabel Díaz Ayuso y la Fiscalía de delitos económicos de Madrid.
La salida de Sánchez Acera se hizo efectiva este pasado viernes con su publicación en el Boletín Oficial del Registro Mercantil. La alto cargo socialista sigue siendo jefa de gabinete de Óscar López como ministro de Transición Digital y fue vista en el Congreso Federal que celebra este fin de semana el PSOE en la cuidad andaluza de Sevilla.
Es la primera consecuencia que tiene para ella la revelación pública de los chats con el ya exlíder del PSOE en Madrid en que le envía el correo del abogado de Alberto González Amador en el que plantea al fiscal Julián Salto un pacto de conformidad con el que el empresario admitiría dos delitos fiscales por la defraudación de 350.000 euros en el impuesto de Sociedades de dos ejercicios con una de sus empresas para evitar una pena de cárcel.
Sánchez Acera animó a Lobato el pasado 14 de marzo a partir de las 08:30 horas, cuando aún no se había publicado una imagen del correo en cuestión en la prensa, a que lo sacase a relucir durante la sesión de control al Gobierno madrileño para atacar con este hecho personal a la presidenta.
El aún portavoz parlamentario socialista en la Asamblea rechazó hacerlo si no estaba en los medios de comunicación y mostró sus dudas de su procedencia. "La carta cómo la tenemos? Se ha publicado en algún sitio?", le llega a cuestionar, hasta el punto de que le avisa de que "si no parece que me la ha dado la Fiscalía".
Esta militante del PSOE madrileño, a la que algunos definen como "pata negra" por su larga trayectoria y fidelidad al partido, y que otros encajan en las labores de "fontanera" política, era en aquel momento responsable del gabinete de López como jefe del Gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Por lo que este movimiento revelado ayer ha sacado a relucir que obraba en poder de Moncloa el correo electrónico antes de que ningún medio lo publicase íntegro, y siembra la duda de cómo llegó a Presidencia, si fue a través de la Fiscalía General del Estado.
El fiscal general, Álvaro García Ortiz, recibió en su dirección de Gmail la noche antes del 13 de marzo los correos cruzados entre el letrado del novio de Ayuso y el fiscal Salto. Este último se los envió a la fiscal jefa provincial de Madrid, María Pilar Rodríguez Fernández, después de que se los requiriese, y esta, a su vez, se los remitió a García Ortiz, que los había reclamado para preparar una nota aclaratoria sobre las conversaciones entre González Amador y la Fiscalía. Su publicación le valió tanto al fiscal general como a la provincial de Madrid la imputación por revelación de secretos. Lobato declaró este pasado viernes en el marco de esta causa especial que instruye en la Sala de lo Penal del alto tribunal el magistrado Ángel Hurtado.
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