La pintada decía: “Tiene que dejar de estar de moda ser un hijo de puta”. La vi, la compartí, me quedé pensando en eso. En que es verdad, es literal esa frase, no llega a ser irónica. No tiene nada de ironía, en rigor: es eso la ultraderecha. Mirado desde este costado tan poco académico, le llamamos ultraderecha no ya a la desinhibición de todos los hijos de puta existentes y latentes, sino a su exhibición, su exaltación, y su ejemplarización. Los hay históricos y del común...