El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, celebra el acuerdo, que considera una "gran noticia para la ciudad", y tilda Barcelona de "capital cultural"
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Según ha adelantado La Vanguardia esta mañana, el fondo inversor Stoneweg ha decidido finalmente comprar el edificio que hasta hace poco menos de un año albergó el cine Comedia de Barcelona, con el fin de que constituya la sede del futuro museo de Carmen Thyssen en Barcelona, una iniciativa que se anunció el pasado mayo tanto por parte de la baronesa como de sus socios del fondo inmobiliario, de capital suizo y andorrano.
Si bien inicialmente la intención de Stoneweg era hacerse con el alquiler del inmueble, y se llegó a un acuerdo de 65 millones de euros por 25 años, al final el consorcio ha decidido optar por la compra por un valor que entre la adquisición y las obras de adecuación del espacio, supera los 100 millones de euros. Fuentes de la operación han explicado a La Vanguardia que, tras la compra, el proyecto arrancará sin demoras hasta su inauguración.
El anuncio de que la baronesa Thyssen quería establecer en Barcelona una sede permanente para parte de su colección suscitó sorpresa la pasada primavera tanto en el ámbito cultural público como en los medios. En un principio se asumió que el futuro museo albergaría la parte de la colección referente a los pintores catalanes, pero existen dudas sobre si Thyssen posee suficientes obras catalanas para crear un museo atractivo al público, ya que sí se desveló que sería un museo privado.
Se especuló con que Carmen Thyssen quisiera recuperar los cuadros que prestó en 2012 al MNAC (Museu Nacional d'Art de Catalunua), cesión respecto a la que repetidamente se ha mostrado insatisfecha, por considerar que su colección merece una sala más prominente. Preguntado al respecto, el lunes pasado Pepe Serra, director del MNAC, declaraba que el museo “no necesita en absoluto las obras de la baronesa Thyssen para ser el museo que es actualmente”, dejando así claro que no le preocupaba que Cervera quisiera recuperar sus cuadros. “A lo mejor somos nosotros los que le tenemos que dejar cuadros a ella”, replicó.
No obstante, y más allá del debate sobre los museos privados en Barcelona, que proliferan al calor de la buena respuesta turística, las autoridades tanto municipales como autonómicas se muestran satisfechas con la compra, ya que es la rúbrica al proyecto. Según Europa Press, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha afirmado que ve “una gran noticia para la ciudad” en el acuerdo para abrir el museo en el antiguo cine Comedia.
Ha considerado que el nuevo museo supondrá un “salto cualitativo” a nivel cultural para la oferta museística de la ciudad y para el centro de la capital catalana. Según Collboni, el nuevo museo reforzará la posición de Barcelona como capital cultural al coincidir con las futuras ampliaciones del MACBA (Museu d'Art Contemporani de Barcelona) y del MNAC. Por su parte, la consellera de Cultura de la Generalitat, Sònia Hernández, ha también celebrado la iniciativa, y ha confiado en que “no vaya en detrimento” de la apuesta del espacio Thyssen en Sant Feliu de Guíxols (Girona).
La idea de Carmen Cervera de tener su museo en Barcelona, ciudad en la que vivió en su infancia y juventud (nació en Sitges) tiene en realidad un largo recorrido. En 2012 mostró su intención de donar entre 600 y 700 obras de su colección a la Generalitat de Catalunya. Al calor de los rumores de ampliación del MNAC y de la creación de una “colina de los museos”, su deseo era que las instituciones catalanas crearan una “sede Carmen Thyssen” en el recinto de Montjuic.
Pero la baronesa ponía un precio al proyecto y quería que el Gobierno catalán pagara una cantidad importante, no especificada, por la donación. Finalmente, la idea no fructificó por la magnitud del proyecto, por su coste y por el contexto de crisis económica y social de aquellos años. Ello, unido al descontento, declarado en más de una ocasión por parte de la baronesa, respecto al trato que el MNAC daba a su colección, desató los rumores sobre la intención de crear un museo privado para la misma.
En la actualidad, Carmen Thyssen, que atesora una amplia colección de arte catalán del siglo XIX y XX, cuenta con museos en Málaga y Andorra, además de un espacio expositivo en Sant Feliu de Guíxols (Girona) y obras en la Fundación Thyssen-Bornemisza de Madrid y el citado MNAC, que actualmente guarda 27 piezas.
Entre ellas destacan La catedral de los pobres, de Joaquim Mir –una de las pocas obras a las que el director del MNAC atribuye una importancia capital–; Picador ferit, de Marià Fortuny; Interior al aire lliure, de Ramon Casas, además de lienzos de Hermenegildo Anglada Camarasa, Joaquim Sunyer o Santiago Rusiñol, y una colección de arte más contemporáneo que comprende obra de Tàpies, Torres García, Cuixart y otros. Actualmente todas estas obras permanecen en el museo, en una sala específica que reconoce a la coleccionista, en régimen de cesión gratuita.