El ex primer ministro portugués António Costa tiene por delante una prueba mayúscula para su reconocida capacidad negociadora, al asumir como presidente del Consejo Europeo, donde deberá lograr acuerdos entre los líderes del bloque.
Discreto y sonriente, el socialista de 63 años recibió este viernes el símbolo del mando en el Consejo, una pequeña campana que se utiliza para conducir las cumbres. Su mandato comenzará el domingo, en el marco de la renovación de las autoridades de la Unión Europea.
"Solamente estando unidos haremos que se escuche la voz de Europa en la escena internacional", dijo Costa al recibir el mando del titular saliente, el belga Charles Michel.
No obstante, añadió, "no debemos ignorar nuestras diferencias de opinión".
Como titular del Consejo Europeo, Costa presidirá las cumbres de jefes de Estado y gobierno, conocidas por las interminables reuniones y súbitos acuerdos alcanzados mediante consultas directas entre dirigentes.
El papel de Costa será identificar áreas en que el interés colectivo se sobreponga a los aspectos nacionales, y orientar a los dirigentes para lograr consensos a menudo difíciles.
Su predecesor, el belga Charles Michel, había provocado situaciones incómodas al presentarse como una figura central de la política de la UE, pero personas próximas a Costa coinciden en que el portugués tiene un estilo más discreto.
Antes de asumir el cargo, Costa recorrió las capitales del bloque y se reunió con presidentes y primeros ministros para conocer sus expectativas sobre temas prioritarios y métodos de trabajo.
Un alto funcionario del Consejo Europeo mencionó que las prioridades de la gestión de Costa serán el apoyo a Ucrania en su guerra con Rusia, la defensa, la competitividad, la migración y el presupuesto a largo plazo de la UE.
Además, Costa está interesado en mantener una mejor relación con la poderosa presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, quien ahora inicia su segundo mandato al frente del poder ejecutivo del bloque.
En los últimos cinco años, las tensiones permanentes y visibles entre Michel y Von der Leyen terminaron por afectar el nivel de cooperación en las instituciones de la UE.
Exlegislador en su país y ex vicepresidente del Parlamento Europeo, Costa se convirtió en primer ministro de Portugal en 2015, luego de hilvanar una alianza de izquierda.
En 2020, las habilidades negociadores de Costa tuvieron un papel central para convencer al primer ministro de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orban, para que levantara su bloqueo al enorme plan de recuperación económica pospandemia elaborado por la UE.
La trayectoria de Costa sufrió un vuelco en 2023, cuando se vio forzado a renunciar al cargo de primer ministro a raíz de una investigación por corrupción contra su gobierno. La investigación concluyó que no había indicios de delitos por parte del entonces dirigente.
Esa conclusión reforzó la campaña de diversos países, en particular del francés Emmanuel Macron y del español Pedro Sánchez, quienes tienen una estrecha relación personal con el portugués, para que se pusiera al frente del Consejo Europeo.
El padre de António Costa, el escritor comunista Orlando da Costa, nació en Mozambique en el seno de una familia originaria de Goa, una antigua colonia de Portugal en India. Su madre, Maria Palla, es una reconocida activista feminista de Portugal.
Costa, que nació en Lisboa, recibió en 2017 por parte del primer ministro indio Narendra Modi una tarjeta honoraria de ciudadano extranjero de India, en un gesto para consolidar vínculos entre ambos países.
El entorno de Costa sostiene que su experiencia podría ayudarlo a construir puentes con partes del mundo a las que la UE busca alcanzar.
"Necesitamos tener relaciones más estrechas con diferentes regiones y países que sean relevantes en un mundo que es mucho más que el G7 o el G20", dijo Costa en una reciente entrevista.
