A partir de hoy y hasta el domingo Sevilla se convierte en Sofía, capital de Bulgaria, de la mano del XLI Congreso Federal anticipado que Sánchez se ha montado únicamente para darse un especie de baño y masaje con el fin de que el PSOE –o al menos esa excrecencia que ha quedado del partido de Estado que fue– le unja como césar máximo y omnipotente, mesías planetario de progreso, el único que puede detener la invasión de los bárbaros fascistas que marchan, cual Mussolinis, sobre esa Roma amurallada e inexpugnable en la que ha convertido La Moncloa. La única razón para adelantar un año el Congreso (no tocaba hasta octubre del 2025) reside en que la militancia y los...
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