Mateo Valero asegura que la entidad está colaborando con la UME en un programa para predecir catástrofes y entrenar a la sociedad para responder
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El director del Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación, Mateo Valero, sostiene que su campo de estudio y la inteligencia artificial son ya ineludibles en los avances científicos y, en concreto, en el cambio clímático: “Son la única forma de estudiarlo”. De hecho, destaca que lo ocurrido con la DANA, que afectó sobre todo a València, “la ciencia lo predijo todo”. Ahora, dijo, el centro que pilota está colaborando con la Unidad Militar de Emergencias (UME) en un programa para predecir cualquier tipo de catástrofe y entrenar a la sociedad en la respuesta, dentro de un modelo similar al que se aplica en Japón para que la gente sepa cómo actuar en caso de, por ejemplo, un terremoto.
Valero, que ha participado en el XXIII Congreso de directivos CEDE en A Coruña, ha situado el cambio climático y los riesgos asociados como uno de los principales campos de aplicación de la inteligencia artificial. También catástrofes como terremotos: con las herramientas actuales se puede calcular el impacto en un edificio que esté a 300 kilómetros del epicento. Pero la tecnología tiene también un reverso: “Las máquinas gastan mucha energía y son muy caras. Están provocando una brecha a nivel de países. Quienes no lo tengan [supercomputadores, acceso a la inteligencia artificial], no van a poder hacer investigación”. Ha reclamado que el acceso sea “más democrático”.
En el diseño de los supercomputadores existe un “problema fundamental”, que es la necesidad de reducir su consumo de energía, señaló el director del CNS - BSC. El aspecto en el que más se puede avanzar para ello es, según Valero, es el de los algoritmos: lograr que se haga lo mismo con menos operaciones. Para entrenar los modelos -a las inteligencias artificiales hay que proporcionarles datos para que 'aprendan'- es necesaria también mucha energía. Puso el ejemplo de Chat GPT, que tuvo mucho consumo en el entrenamiento, pero “sobre todo porque tiene muchas peticiones”. El sector, recalcó, necesita energías verdes y ha pedido que España las produzca.
Valero extiende las aplicaciones a la medicina, con el “gran reto mundial” de hacer un gemelo digital del cuerpo humano, y el de la enorme cantidad de datos que gestionan las administraciones públicas. La importancia de estas tecnologías se refleja en la batalla geopolítica entre Estados Unidos y China por la producción de los chips de última generación en los que se basan.
El experto reflexionó también sobre la relación entre la inteligencia artificial y la humana y ha pedido no tener miedo a los avances. Los ordenadores, dijo, “nunca tendrán sentido común o intuición”.