El comisionista del «caso Koldo», Víctor de Aldama, va a por todas en el cuerpo a cuerpo contra el presidente del Gobierno.
La estrategia de defensa del empresario incluye las comparecencias públicas, las advertencias directas y, presuntamente, nuevas «pruebas» de que sus acusaciones son ciertas. Las «balas» han empezado a volar y varias de ellas ya están dejando mella en la coraza del Gobierno.
Algunas fueron lanzadas durante su declaración ante el juez del «caso Koldo»; otras, a su salida de prisión; y el resto, ayer, y fueron quizás las más dolorosas por las formas y el contenido de lo declarado, en una entrevista en la Cope. Habrá más capítulos.
El empresario reveló que se vio en persona con Sánchez en una ocasión más, aparte de en el acto del PSOE en el que ambos posaron. También contó que fue invitado al 60 cumpleaños que Ábalos celebró en un restaurante en el entorno de las madrileñas Cuatro Torres, donde coincidió con el presidente y su mujer.
[[H3:Las «varias veces» que estuvo cara a cara con Begoña Gómez]]
Con Begoña Gómez confirmó que también estuvo «varias veces», una de ellas tomando copas y «de tertulia» en una azotea en San Petersburgo, junto a Javier Hidalgo, ex CEO de Globalia, al coincidir todos ellos en la capital de Rusia con motivo del evento que celebró allí la Organización Mundial del Turismo en 2019. En otra de esas ocasiones en las que estuvieron mano a mano, aclaró que no se habló del rescate público a Air Europa, pero sí de un asunto que «tenía que ver más con Wakalua». Esta filial de Globalia patrocinó el África Center, que la mujer del presidente dirigía en el Instituto de Empresa.
[[H3:Pruebas «más que suficientes» de sus acusaciones]]
El conseguidor de la «trama Koldo» contestó a aquellos que le han llamado «mentiroso», o le han comparado con el pequeño Nicolás, lanzando una contundente advertencia. Tiene, aseguró, «pruebas más que suficientes» de las acusaciones que lanzó sobre el cobro de comisiones ilegales por dirigentes socialistas como Santos Cerdán, al que señaló por recibir presuntamente 15.000 euros. O de las peticiones de «mordidas», como los 50.000 euros que dijo que le reclamó, a través de Koldo García, el ministro Ángel Víctor Torres; o los 25.000 euros que le requirió Carlos Moreno, el jefe de gabinete de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero.
Estas pruebas, indicó, ya «se están aportando a la Fiscalía» y también entregará «otras evidencias» en su declaración la semana venidera ante el Tribunal Supremo. Algunas reforzarán, avisó, que Sánchez y él se conocían bien, a pesar de que el presidente del Gobierno le niegue.
[[H3:Apunta a que sabía de los pagos «raros» en las mascarillas]] El presidente Sánchez sabía de los pagos «raros» en los contratos para el suministro de mascarillas a Transportes, que se investigan por comisiones ilegales de dinero público. Fue, aseguró el considerado «nexo corruptor» en este Ministerio, una de las razones por las que cesó a Ábalos, del que dijo que para el líder socialista «era todo» y sobre él albergaba «una confianza más allá». Sánchez sabría de estos pagos irregulares y de otros relacionados con «temas personales» de su antiguo «número dos» en Ferraz «por un informe del CNI» que habría caído sobre la mesa de su despacho. El empresario «entiende» que el inquilino de La Moncloa «sí» que sabía de las comisiones de las que presuntamente disfrutó el ministro Ábalos, al que «llamaba entre seis y siete veces al día para consultarle todo».
[[H3:Las razones que «intuye» detrás del Falcon en Dominicana]]
El comisionista del «caso Koldo» también dijo haber sido testigo varias veces de cómo el avión presidencial, el Falcon, se encontraba «parado» en República Dominicana, «cuando supuestamente no estaba» allí. «No lo entendíamos», dijo, pese a que él admitió que «puede intuir» las razones y tener sus propias «conclusiones».
