“Juan, no te cargues el Congreso”. “No merece la pena”. “No tienes alternativa”... El exsecretario general de los socialistas en Madrid, Juan Lobato, recibió entre este lunes y el miércoles una oleada de llamadas y mensajes desde todas las instancias del Partido Socialista madrileño para que dimitiera antes del Congreso Federal de este fin de semana, según ha podido saber Confidencial Digital de distintas fuentes socialistas.
Dirigentes, cargos y personas de confianza contactaron con el líder autonómico para evitar que acaparara toda la atención desde el viernes y convirtiera la proclamación de Pedro Sánchez como líder máximo del PSOE en una batalla de gallos con todos los focos puestos sobre su persona.
Este lunes el plan de Lobato en ningún caso pasaba por dimitir. La idea del secretario federal era clara: aguantar hasta la semana que viene e intentar ganar las primarias a Óscar López, más que probable candidato apoyado por Ferraz. Pero el aluvión de mensajes ha llevado al exdirigente a dar un paso a un lado solo 48 horas después de que todo estallara.
Lobato llamó a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE federal, el domingo para informarle de la noticia que iba a publicar el diario ABC, en la que se relataban los hechos que sitúan a Moncloa en el centro de las filtraciones que investiga el Tribunal Supremo sobre el caso del novio de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. En esa llamada, aseguró a Cerdán que había acudido al notario junto con Pilar Sánchez Acera, la persona del Gabinete de Presidencia que le envió los whatsapps, para registrar su conversación.
Una versión que desmintió al instante la entonces responsable de prensa Óscar López, jefe de gabinete de Sánchez. Desde esa tarde, ningún dirigente socialista ha vuelto a hablar con Lobato. Ni para pedirle explicaciones ni para que dimita.
De todas las llamadas que han llevado al dirigente madrileño a dimitir, ninguna ha venido de la cúpula del PSOE. Precisamente, el ingrediente esencial para su renuncia ha residido en la cercanía de quienes le han aconsejado que se marche.
La situación ha resultado tan rocambolesca que ni los cargos cercanos al exmandatario le han aconsejado que continúe. En privado, se han mostrado estupefactos tras conocer que Lobato registró ante notario los mensajes que le envió una compañera de Moncloa sin avisarla ni a ella ni al partido.
Cargos que hasta el lunes apoyaban a Lobato y personas muy cercanas a él han hecho el trabajo que esperaba Ferraz: convencerle de que no tenía sentido seguir adelante y enfrentarse a todo el aparato, relatan desde el PSM.
En el partido consideran que esta situación podría haberse alargado si este fin de semana no se celebrase el 41º Congreso Federal del PSOE. Una fecha clave para Sánchez en la que será elegido, de nuevo, secretario general del partido.
El segundo factor que ha llevado a Lobato a cambiar de opinión es la pérdida total de esperanza en ganarle la batalla a la cúpula socialista. Sin el apoyo de los suyos ni de Ferraz, no podía ganar las primarias del próximo 7 de diciembre. El nombre de Óscar López, que ha adquirido mayor exposición pública tras ser nombrado ministro de Transformación Digital y Función Pública, cada vez sonaba con más fuerza dentro del PSM.
Cargos y dirigentes del socialismo madrileño trataron de convencerle de que las opciones de vencer en las elecciones de la semana que viene eran prácticamente nulas. Las explicaciones de Lobato resultaban más que escasas a la práctica totalidad del PSM, pero también para otros líderes autonómicos, más aún después de la comparecencia de este martes en la que arremetió contra el partido, deslizó que Moncloa había podido mentirle y dejó entre ver que el correo que le pasaron podía proceder directamente de la Fiscalía.
“Es una traición para salvarse él”, aseguraban fuentes socialistas de la Comunidad de Madrid tras la rueda de prensa del aún secretario federal.
En la jornada del lunes e incluso el martes, Lobato consideraba que aún tenía el apoyo de la militancia, que le había elegido para liderar el proyecto. Pero la embestida contra la dirección federal y la contradicción en sus versiones terminó por enfadar a todo el PSOE de Madrid. Desde las bases hasta altos cargos, pasando por cuadros medios, pidieron a Ferraz que dimitiera y catapultara a Óscar López, como adelantó ECD.
Tras ser consciente de que había perdido el apoyo de las bases, Lobato cedió. Sin ellas, la victoria en las primarias se antojaba impensable. Socialistas madrileños se preguntaban el lunes por qué su máximo dirigente había decidido acudir a un notario para registrar una conversación que, según él mismo, no tenía ninguna relevancia, ni incluía nada comprometedor.
Tras las explicaciones dadas este martes, esas mismas voces empezaron a considerar que el motivo no era proteger al partido para demostrar que no había filtración alguna en aquellos mensajes, sino tratar de salvarse él y utilizar la constancia notarial de dicha conversación como salvoconducto si Ferraz trataba de apartarle en las primarias.
“Si hubiera querido proteger al partido, no tiene sentido que no se le comunicara a Pilar [Sánchez Acera] que iba a registrar los mensajes que le había enviado”, razonan fuentes socialistas.
Todas las fuentes socialistas consultadas por ECD dan por hecho que el ministro de Transformación Digital se presentará a las primarias del próximo 7 de diciembre. Un movimiento que lleva tiempo gestándose y con el que Moncloa espera plantar cara a Ayuso y construir un proyecto que termine con, la que considera, la líder política con más fuerza en el Partido Popular.
Previsiblemente, el ministro no lo anunciará hasta que pase el Congreso Federal. La idea es que Sánchez acapare todos los focos en Sevilla, revalide su liderazgo y dé el pistoletazo de salida a una renovación territorial que afectará a Aragón, Madrid, Extremadura y La Rioja, entre otras comunidades. Después de una gala que encumbrará al presidente del Gobierno, comenzará el juego de tronos y fuentes socialistas calculan que será entonces cuando López entre en escena.
Según informó ABC este lunes, el máximo responsable del PSOE en la Comunidad de Madrid recibió una serie de mensajes de Sánchez Acera, responsable de prensa de Óscar López —entonces jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez— para que utilizara en la sesión de control el pantallazo de un correo enviado por el novio de Ayuso a la Fiscalía. En él, la pareja de la presidenta reconocía haber cometido fraude fiscal e intentaba alcanzar un acuerdo para no ir a juicio.
Dichas misivas —publicadas por varios medios horas antes— desmentían la versión difundida por el equipo de Ayuso, que intentó trasladar justo lo contrario: que había sido la Fiscalía quien ofrecía un pacto a González Amador.
El Tribunal Supremo investiga desde hace semanas cómo llegaron esos correos privados —que Lobato terminó utilizando para atacar a Ayuso— a los medios de comunicación, es decir, quién los pasó a la prensa, dado que se trataba de información reservada y podría suponer un delito en caso de que la Fiscalía los hubiese filtrado.
La información de ABC ha disparado las sospechas sobre si Moncloa pasó a Lobato el correo antes de que se difundiera en los medios. De ser así, supondría que el Gobierno pudo obtener la información reservada directamente de la Fiscalía, lo que acotaría el cerco sobre García Ortiz.
Sin embargo, Lobato negó este lunes —al igual que Moncloa— que los mensajes que le envió Sánchez Acera incluyesen información exclusiva, y afirman que se limitó a pasarle artículos que ya habían publicado distintos periódicos. “Me dijo que había que utilizarlo [el correo de González Amador a la Fiscalía] en la sesión de control. Le pregunté que de dónde venía, y me dijo que de los medios”, así ha explicado Lobato la conversación que registró ante notario, según el dirigente, para proteger al partido de posibles acusaciones.