Una mujer que trabaja como limpiadora en la Real Academia Española sufre un día, mientras desarrolla su labor, un accidente. «Inesperadamente -cuenta ella misma-, y sin causa aparente, una de las estanterías de la parte superior de la biblioteca venció, lo cual hizo que todos los libros que soportaba se precipitaran sobre mi cabeza. El impacto fue severo, de inmediato perdí el conocimiento, no sin antes reparar en los títulos de los volúmenes caídos: una completa colección de Gramáticas , desde la primera, la de Nebrija, hasta la más reciente edición de la RAE». Desde ese momento, la mujer se convierte en una erudita y una estricta guardiana de la corrección lingüística. «No sabía que me estaba pasando, era como...
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