El presidente electo Yamandú Orsi ha decidido suspender su agenda programada para este martes y trabajar desde su residencia en Salinas. Reportes provenientes de su entorno vertidos a la prensa indican que durante este tiempo, Orsi se ha dedicado a atender llamados, responder mensajes y “habló con mucha gente”, lo que refuerza su enfoque en establecer una comunicación efectiva en estos primeros días de su mandato.
El miércoles, Orsi dará inicio oficial a la transición de gobierno mediante una reunión con el actual presidente, Luis Lacalle Pou. En esta primera instancia, solo se ha confirmado un nombre para el gabinete en formación, lo cual ha comenzado a generar inquietud dentro de algunos sectores del Frente Amplio (FA).
De acuerdo a publicaciones del diario El País, se espera que se aceleren los anuncios de los futuros ministros de Interior, Relaciones Exteriores y Defensa, los cuales son claves para marcar dos áreas importantes del futuro gobierno: el relacionamiento con el mundo y la seguridad nacional. Por ejemplo, la participación de Orsi en la próxima cumbre de Mercosur, en Montevideo, resalta la urgencia de definir al futuro canciller.
Con casi cinco años fuera del poder, el Frente Amplio ha comenzado a discutir de manera interna varios aspectos sobre cómo se debe llevar a cabo la relación entre el partido y el Poder Ejecutivo. Este proceso es un aspecto crítico que generó tensiones en gobiernos anteriores.
Para abordar este tema, se revisará un documento elaborado en 2004 que abordaba la dinámica entre el partido de izquierda, el gobierno y las organizaciones sociales. Este texto proponía mantener un equilibrio entre autonomía relativa y comunicación constante, además de la responsabilidad en las decisiones tomadas. Uno de los principios más destacados es “la imposibilidad de gobernar en asamblea permanente”.
Fernando Pereira, presidente del FA, planteó recientemente que el partido debe “ser capaz de entender las demandas sociales y transmitírselas al gobierno”. Este enfoque busca establecer una comunicación fluida sin caer en el riesgo de que el FA intente tomar el control del gabinete o las decisiones gubernamentales.
Los nexos que se buscarán para facilitar esta interacción efectiva serán el secretario político del FA, Daniel Mariño, y el futuro secretario de la Presidencia, que parece ser el senador Alejandro Sánchez. Este último es visto como un candidato idóneo para el cargo, dada su “capacidad de articulación” mostrada en el Parlamento en el pasado.
Orsi está dispuesto a tomar contacto con diversos sectores del Frente Amplio para recibir “sugerencias” sobre su gabinete. Aparte de Gabriel Oddone en Economía y Finanzas, por el momento no se han confirmado más nombres. La responsabilidad final de las decisiones queda en manos de Orsi, quien busca evitar desajustes en el Senado.
