A las nueve daba comienzo la comparecencia de Sánchez, pero la atención del personal llevaba media hora centrada en lo de Herrera, que parecía 'Cuerda de presos'. Allí estaba Aldama largando por esa boquita madrileña, con esa manera de estar en el mundo a medio camino entre Mariano Rubio y el dueño de un bar de copas de Arganzuela. Entre 'ejque' y ejque', rajaba. Y la bancada del PP con los cascos puestos, sobreactuando interés en el 'aldamazo' y pasando de Pedro mientras los del PSOE fingían que no les interesaba otra cosa que no fuera Sánchez, que es la prueba más evidente de que no podían pensar más que en Aldama. A las 9:09 Cayetana y Tellado se quitaban...
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