La clave para mantener una buena salud bucodental radica en la prevención. Adoptar hábitos adecuados de higiene dental, realizar visitas periódicas al dentista para las revisiones necesarias y someterse a los tratamientos imprescindibles son pasos esenciales para evitar la pérdida de dientes y prevenir enfermedades. Estos cuidados no solo protegen nuestra boca de afecciones, sino que también permiten conservar la capacidad de morder, masticar, hablar y sonreír con normalidad.
La sanidad pública en España ofrece una cobertura muy limitada. Actualmente, solo cubre procedimientos como las extracciones dentales, algunas enfermedades de la boca y algunas medidas preventivas para niños y mujeres embarazadas. Sin embargo, tratamientos comunes como los empastes o las endodoncias requieren acudir a un dentista privado, lo que supone un desafío económico para muchas familias.
Así lo revela una encuesta sobre la salud bucodental realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a una muestra representativa de la población española, entre 18 y 79 años, donde se constata que son muchos los hogares que no pueden afrontar el coste de estos tratamientos. Según sus resultados, uno de cada tres encuestados encuentra difícil o muy difícil acudir al dentista, incluso solo para revisiones.
Aunque la pauta habitualmente recomendada es la de acudir al dentista una vez al año para una revisión rutinaria, solo lo hace así el 58% de los encuestados. Un 10% lo hace cada dos años, un 14% con menos frecuencia aún y el restante 18% dice que no va nunca o solo cuando le duele algún diente o tiene problemas en la boca. El principal obstáculo para visitar al dentista es el alto coste económico.
La encuesta también revela los costes promedio de tratamientos odontológicos en España: desde 60 euros por una revisión o limpieza dental, hasta 1.850 euros por un implante. Estos precios, que la mayoría de los encuestados (72%) debe asumir completamente de su bolsillo, representan un desafío económico importante. El resto contó con la ayuda de un seguro dental que cubrió una parte del importe, o bien lo hizo a través de la sanidad pública (principalmente extracciones o revisiones).
La satisfacción con el resultado fue en general buena, sobre todo cuando se acudió a una clínica independiente. No obstante, para un tercio de las familias, las facturas del dentista afectaron seriamente su presupuesto durante el siguiente año. Por ello, desde OCU piden que el sistema nacional de salud mejore y amplíe la cobertura dental para que nadie quede excluido de tener una boca sana.