El alto el fuego de 60 días entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá, acordado con la mediación de Estados Unidos y Francia, comenzó este miércoles a las 4:00 de la madrugada (hora local). Este acuerdo, que busca poner fin a semanas de enfrentamientos en el sur del Líbano, se perfila como una oportunidad para reducir la tensión en una región marcada por conflictos recurrentes.
El alto el fuego estipula la retirada progresiva de las tropas israelíes de las áreas ocupadas en el sur del Líbano, mientras el Ejército libanés asumirá el control en zonas previamente dominadas por Hizbulá. Sin embargo, Israel ha dejado claro que sus tropas permanecerán desplegadas mientras evalúa la situación sobre el terreno.
El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció el inicio del cese de hostilidades desde la Casa Blanca, calificándolo como un esfuerzo para alcanzar una paz duradera. Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó la aceptación del acuerdo por parte de su gabinete de seguridad, aunque advirtió que Israel se reserva el derecho de actuar si Hizbulá viola los términos.
Horas antes de la entrada en vigor del acuerdo, la tensión persistía. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieron órdenes de evacuación en edificios del sur de Beirut, mientras Hizbulá afirmó haber atacado con drones la residencia de un alto mando militar israelí en Tel Aviv.
En el Líbano, el Ejército instó a los ciudadanos desplazados a no regresar aún a las zonas ocupadas hasta que las fuerzas israelíes completen su retirada. "El mando del Ejército llama a los ciudadanos a esperar para regresar a sus pueblos y ciudades ocupados hasta que se garantice su seguridad", subrayó en un comunicado oficial.
Irán, un aliado clave de Hizbulá, saludó el cese de hostilidades y elogió los "esfuerzos diplomáticos" que llevaron al acuerdo. Sin embargo, también condenó el "belicismo" israelí y acusó a Estados Unidos de apoyar las agresiones en Gaza y el Líbano.
Mientras tanto, el portavoz en árabe de las FDI, coronel Avichay Adraee, advirtió que los residentes libaneses no deben regresar a las localidades evacuadas, argumentando que cualquier movimiento prematuro podría poner en peligro sus vidas.
El alto el fuego representa un alivio temporal, pero también pone de manifiesto la complejidad del conflicto. Las imágenes de desplazados libaneses intentando regresar a sus hogares reflejan la esperanza y el miedo que coexisten tras años de enfrentamientos.
Este acuerdo, aunque prometedor, enfrenta importantes desafíos. La implementación dependerá de la voluntad de ambas partes para respetar los términos y de la capacidad de la comunidad internacional para garantizar su cumplimiento. Las próximas semanas serán decisivas para determinar si este esfuerzo diplomático marca un punto de inflexión o es solo una pausa en el conflicto.
Tras la entrada en vigor del alto el fuego, Siria acusó este miércoles a Israel de atacar un cruce en la frontera sirio-libanesa y provocar la muerte de seis personas, incluidos dos militares y un voluntario de la Media Luna Roja siria, así como heridas a otras doce. Según una fuente militar anónima, citada por la agencia oficial de noticias, Sana, "el enemigo israelí perpetró una agresión aérea pasada la medianoche desde la dirección del territorio libanés contra cruces fronterizos entre Líbano y Siria en las afueras occidentales de Homs".
"La agresión causó la muerte de seis personas, entre ellas dos militares y el resto son civiles, y otras doce resultaron heridas, incluidos niños, mujeres y trabajadores de la Media Luna Roja siria, además de daños materiales", detalló la fuente militar.
Con información de EFE
