Israel ha aprobado una propuesta de alto al fuego de 60 días con Hezbolá en Líbano, tras una reunión del Gabinete de Seguridad que se extendió por más de cuatro horas. Este acuerdo, que busca poner fin a un año de intensos enfrentamientos, incluye la retirada de tropas israelíes y el repliegue de Hezbolá al norte del río Litani.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que, a pesar de la tregua, Israel mantendrá la capacidad de responder ante cualquier violación del acuerdo por parte de Hezbolá. La situación en la región es crítica, con miles de muertos y desplazados a causa de los recientes bombardeos.
El texto del acuerdo, que ha sido filtrado a medios hebreos, establece que durante el periodo de tregua, las tropas israelíes se retirarán y Hezbolá deberá replegarse, cumpliendo así con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta resolución, que se implementó tras la guerra de 2006, estipula que solo el ejército libanés y las fuerzas de paz pueden operar en la frontera sur de Líbano.
La aprobación del alto al fuego ha generado expectativas a nivel internacional. Estados Unidos, a través de su portavoz del Consejo de Seguridad, John Kirby, destacó que los diálogos estaban avanzando en una "dirección muy positiva". Sin embargo, la situación en la región sigue siendo tensa, con bombardeos recientes que han dejado un saldo trágico de más de 3.700 muertos en Líbano y 78 en Israel, además de un gran número de desplazados.
Momentos antes de que se anunciara el acuerdo, Israel llevó a cabo bombardeos en Líbano, incluyendo un ataque a un edificio en Beirut que albergaba a personas desplazadas, resultando en al menos tres muertes. Las operaciones continuaron en los suburbios del sur de la capital libanesa, donde se reportó que Israel había alcanzado "20 objetivos terroristas" de Hezbolá, instando a la población a evacuar.
La situación sigue en desarrollo, y se espera que se brinde más información en breve.
