La España de los milagros no faltará a la cita del Eurobasket . La selección de Scariolo, de nuevo liderada por Santi Yusta (25 puntos), aprendió de sus errores y logró, de nuevo ante Eslovaquia, su segunda victoria consecutiva en el grupo de clasificación. No es mucho, pero sí suficiente para atrapar un billete que no se le escapa a la selección desde 1959. Lo mínimo exigible. España tenía reciente el mal trago de Bratislava y salió dispuesta a no sufrir una agonía semejante. Y fue Yusta – el héroe de aquel partido , con ese triple milagroso a 0,4 segundos del final– quien asumió el mando ofensivo. Aún con la moral alta después de aquel momento épico, el alero del Basket Zaragoza encontró rápido sus primeros puntos en transiciones rápidas y buenas acciones individuales. Eslovaquia mantenía el tipo gracias a Brodziansky, quién si no. El pívot del UCAM Murcia, que lo jugó todo el viernes pasado, volvió a ser el eje sobre el que giraban sus compañeros. Gracias a él, a sus rebotes ofensivos y a sus canastas, España fue incapaz de aprovechar una ventaja máxima de nueve puntos y acabó ese primer cuarto con una ventaja exigua (22-18). Alocén, Josep Puerto –buen debut el suyo– y Pradilla, este con dos acciones consecutivas, un gancho sobre Brodziansky y una canasta tras reverso, colaboraron para que la ventaja de España se consolidase por encima de los diez puntos. Eslovaquia empezó a sentir los golpes y a acumular fallos en un ataque muy desordenado. España sabía que debía aplicarse en defensa y siguió ampliando la renta a base de tiros libres y un triple demoledor de Puerto que sirvió para cerrar el cuarto con un contundente parcial de 17-4. Al descanso ya había 15 puntos de margen (47-32). Hasta entonces, el partido era un calco al de Bratislava, especialmente en el marcador. Y el peligro volvía a ser el mismo. Eslovaquia inició el tercer asalto con un parcial de 7-0 y acabó colocándose a solo dos puntos después de dos triples seguidos de David Abrham. La sangría la detuvo Puerto con otro tiro desde el perímetro, y Yusta devolvió la tranquilidad al banquillo español con un 2+1. Esta vez la reacción fue inmediata y sirvió, además, para que España brindara sus mejores minutos a la afición de Orense. Fran Guerra comenzó a brillar en la pintura y Yusta continuó en esa versión espectacular que ha lucido durante toda la concentración. Entre ambos cocinaron la mejor jugada del partido: un espectacular alley-oop que volvió a poner a España con ventaja de dos dígitos. Al último cuarto los eslovacos llegaron ya con pocas ganas de dejarse el alma, pero, aun así, tuvo que aparecer Yusta una última vez para que el final fuese tranquilo y el campeón empezara a soñar con la opción de revalidar su corona el año que viene.