Mediante una avalancha de donaciones, que van desde 50 dólares hasta 10 millones, los estadounidenses han demostrado su amor por la catedral de Notre Dame de París, movilizándose para apoyar el renacimiento del monumento que tanto aprecian.
"Los estadounidenses son por lejos los mayores donantes después de los franceses", dijo a la AFP Michel Picaud, presidente de la asociación Amigos de Notre Dame de París, dos semanas antes de la reapertura.
Fundada en 2017, esta asociación vio cómo se disparaban las donaciones tras el incendio del 15 de abril de 2019.
Hasta la fecha, la organización con sede en el estado de New Hampshire recaudó 57 millones de dólares procedentes de 45.000 donantes, principalmente estadounidenses.
Amigos de Notre Dame recibió 10 millones de dólares de la Starr Foundation, una de las principales fundaciones de Estados Unidos. La Fundación Marie-Josee y Henry Kravis aportó la misma cantidad.
Incluyendo otros apoyos, como el de la Sociedad del Patrimonio Francés de Nueva York, que recibió un cheque de 2 millones de dólares de la familia del ícono de la cosmética Estée Lauder, Picaud calcula que los estadounidenses aportaron 62 millones de dólares al fondo de restauración.
Construida más de 600 años antes que la Torre Eiffel, la catedral situada en la Isla de la Cité es "uno de los grandes tesoros del mundo", dijo el expresidente estadounidense Barack Obama, que la visitó en junio de 2009 con su esposa y sus dos hijas.
Como nación joven que es, Estados Unidos cuenta con museos repletos de obras maestras del arte medieval. El Museo Metropolitano de Arte incluso ha agrupado claustros de abadías francesas en una colina de Manhattan, un lugar llamado The Cloisters.
"Para los estadounidenses, Notre Dame de París es un símbolo físico de la historia europea premoderna que no existe en suelo americano. Es un poderoso lugar de memoria, que evoca una nostalgia imaginaria de una cultura rica y compleja del pasado", explica a la AFP la profesora Meredith Cohen, especialista en arte y arquitectura medievales de la Universidad de California en Los Ángeles.
"Los estadounidenses también adoran a Victor Hugo, que hizo famosa Notre Dame a través de sus escritos, y de sus impactantes descripciones del surgimiento de París en Los Miserables, un gran éxito en Broadway y en el cine", prosigue.
La cultura estadounidense está llena de referencias a la catedral, desde las primeras películas en blanco y negro hasta las recientes de animación.
La obra "El jorobado de Notre Dame", también de Victor Hugo, fue adaptada a la gran pantalla en 1923, convirtiéndose en una joya del cine mudo. Le siguieron otras versiones, con Anthony Quinn en el papel de Quasimodo en 1956, o el dibujo animado de Disney en 1996.
La catedral ha aparecido en numerosos largometrajes de Hollywood, como "Un americano en París", de Vincente Minnelli, con Gene Kelly; "Charada", de Stanley Donen, con Cary Grant y Audrey Hepburn; "Medianoche en París", de Woody Allen, con Owen Wilson, Adrien Brody, Carla Bruni y Marion Cotillard; o "Ratatouille", de los estudios Pixar.
Para el profesor Michael Davis, especialista en arte gótico francés, "la fachada (de Notre Dame) ofrece ante todo una imagen inmediatamente reconocible, la de la propia catedral, pero también una evocación de la ciudad de París, de la nación francesa, de la Edad Media y de la fe católica".
El feroz incendio que devastó la catedral hace cinco años desató una ola mundial de conmoción y preocupación. Las principales cadenas de televisión enviaron a sus reporteros estrella a París.
Mientras las llamas devoraban la estructura del tejado, el entonces presidente estadounidense Donald Trump sugirió a las autoridades francesas, en un tuit muy comentado, que enviaran "aviones cisterna de agua" como los que se utilizan para combatir los incendios forestales.
"Si hay una catedral gótica que millones de visitantes (estadounidenses) han visto en París y Francia, probablemente sea Notre Dame, y el incendio del 15 de abril de 2019 sin duda ha agudizado ese recuerdo y reforzado su conexión con la catedral", dijo Davis, miembro de la junta directiva de la asociación.
Bertrand Badré, ex director general del Banco Mundial, también fue testigo de la "respuesta generosa e inmediata" de los donantes estadounidenses a través de Amigos de Notre Dame. "Hablaron con el corazón y recibimos testimonios muy conmovedores", dijo a la AFP.
La profesora Cohen concuerda: "Los estadounidenses generalmente sienten una gran afinidad por París y la cultura de Francia... por sus filósofos, artistas y casas de moda, así como por la cultura gastronómica y vinícola que Julia Child hizo famosa en Estados Unidos".
"Todo esto está relacionado con Notre Dame", concluye.
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