Costa Rica subió al tercer puesto en tasa de homicidios entre los países de Centroamérica y tomando en cuenta a República Dominicana.
Hace nueve años, la tasa de homicidios costarricense era la segunda más baja. Sin embargo, un drástico repunte en la violencia causó que el país pasara de 11,5 homicidios por cada 100.000 habitantes a 17,3 entre el 2015 y el 2023, según divulgó el Informe Estado de la Nación.
Solo Honduras, con una tasa de 31,14 por cada 100.000 habitantes y Belice, con una tasa de 19,7 superan a nuestro país; Guatemala aparece de cuarta con 16,7 y Nicaragua quedó excluida del análisis porque no hay datos disponibles.
Cinco de los siete países estudiados: República Dominicana, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador bajaron sus tasas entre el 2015 y el 2023. En cambio, Costa Rica experimentó un incremento del 50% en el periodo analizado, incluido un abrupto aumento del 36,5% al comparar el 2022 con el año pasado.
El otro país que también aumentó fue Panamá, que pasó de 11,3 a 12,3 homicidios por cada 100.000 habitantes. En este caso, el incremento fue de un 9%.
El informe no hace referencia a que El Salvador bajó su tasa gracias a la implementación, durante más de dos años, de un régimen de excepción en el que se suspendieron garantías procesales como la presunción de inocencia y el derecho a la defensa.
Estas medidas han permitido la detención arbitraria y el encarcelamiento de decenas de miles de personas. Además, las cifras oficiales de homicidios excluyen las muertes de pandilleros en choques contra las fuerzas de seguridad.
El Informe Estado de la Nación se remonta a 1990, cuando la tasa de homicidios en Costa Rica era de 4,6, la más baja del continente americano. La proliferación del crimen organizado, la violencia común y los feminicidios influyeron en el crecimiento que se ve en la actualidad, agrega el texto.
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En el 2023, Costa Rica cerró con 907 homicidios, la cifra más alta desde que se tienen registros y un incremento del 38% con respecto a los 656 asesinatos del 2022.
Entre tanto, las estadísticas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) divulgadas este viernes dan cuenta de 786 homicidios en este 2024; se trata de 34 menos que en el 2023 a la misma fecha, pero la cifra supera con creces los 656 del 2022.
El 2023 también dejó un récord en el porcentaje de asesinatos cometidos con armas de fuego, usadas en el 80% de los casos reportados, la proporción más alta desde que se tienen registros.
La mayoría de las víctimas fueron hombres (94%), costarricenses (85%) y jóvenes (50% menores de 30 años).
Asimismo, el informe señala que el incremento en la violencia no fue generalizado en todo el país. Se concentró en 21 distritos, de los 492 existentes, que tuvieron más de diez víctimas y representaron el 42% del volumen total.
Otros 205 distritos sumaron el restante 58%, mientras que en más de la mitad de los distritos (266), no hubo homicidios en el 2023.
“El empeoramiento se concentró en las zonas costeras y en la capital. Los cantones de mayor prevalencia fueron Limón, San José, Puntarenas, Matina y Alajuela. Varios de sus distritos se posicionan en el top diez de víctimas de homicidio”, expone el documento.
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A pesar de tener una población menor, desde el 2020 la provincia de Limón casi que iguala la proporción de homicidios ocurridos en San José: un 28% frente a un 29%.
“En contraste, hay zonas como Hojancha o San Vito que de manera consistente se mantienen con baja criminalidad y una tasa de homicidios prácticamente de cero”, detalla el Informe.
La alta incidencia de homicidios en territorios específicos se asocia con ciertos indicadores socioeconómicos, tales como menor desarrollo humano y social, menor promedio de personas aseguradas, mayor proporción de hogares en asentamientos informales, más cantidad de menores de 5 a 24 años, mayor porcentaje de mujeres jefas de hogar, menor logro educativo, más hogares con bajo clima educativo y más problemas de acceso a empleos.
Al analizar los últimos diez años, el informe encuentra dos patrones en los cantones con las tasas más altas: por un lado los que han enfrentado la problemática de manera crónica y no logran disminuirla, como Limón y Alajuelita, y por el otro los que tuvieron un incremento marcado que recientemente los colocó entre los cantones con más homicidios, como Parrita, que pasó de 5 a 85 homicidios por cada 100.000 habitantes.
El Informe explica que “esta diferenciación es crucial, ya que la estrategia de intervención variaría según se trate de un problema estructural o de una coyuntura reciente”.
A pesar de esta tendencia, hay un grupo de cantones que registró menos casos de asesinatos en comparación con hace diez años, como Turrubares, Dota y Tibás.
El análisis también reveló una relación entre la cantidad de aprehensiones y las tasas de homicidios en sitios concretos del país.
Esto permite encontrar “puntos calientes” (territorios con distritos de alto número de aprehensiones y homicidios) y zonas vulnerables (conjuntos de distritos vecinos que combinan altas tasas de alguno de los indicadores), la mayoría de estos son distritos de cantones limonenses.
La alta actividad criminal representa además una presión sobre el Poder Judicial. Solo en el 2023 entraron 17.047 denuncias a la Fiscalía por delitos contra la vida, lo que representa un promedio de 47 denuncias diarias.
La mayoría está relacionada con lesiones culposas, agresión con arma y tentativa de homicidio simple.
De igual forma, el Poder Judicial detalló que en el 2023 un poco más del 40% de los expedientes por delitos contra la vida terminaron con una sentencia condenatoria o mediante procedimiento abreviado, que generalmente resulta en una condena.