La Comisión Europea ha decidido impugnar ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) los aranceles provisionales de China contra las importaciones de brandy europeo. Bruselas considera que se trata de una represalia comercial del gigante asiático en respuesta a las tarifas impuestas por los Veintisiete a las importaciones de coches eléctricos chinos.
Según los Veintisiete, Pekín no ha podido demostrar que con sus exportaciones exista algún tipo de amenaza a su industria nacional con la entrada de estos productos europeos ni que este riesgo pueda materializarse. En un comunicado, el Ejecutivo comunitario acusa de China de “acusaciones infundadas” y “uso indebido” de las reglas comerciales multilaterales. Por eso, el Ejecutivo comunitario ha dado el paso de “pedir consultas” ante el organismo comercial. Esto significa que ahora las autoridades chinas tienen un plazo de diez días para responder a esta propuesta europea y fijar una calendario de negociaciones acordado por las dos partes. En caso de que durante esta fase de consultas sea imposible llegar a un acuerdo, el caso pasará a dirimirse ante un panel de la OMC.
Después de que la UE confirmara que los aranceles provisionales al coche eléctrico chino se convertirían en permanentes durante cinco años, Pekín respondió con tarifas arancelarias de entre el 30,6% al 39% a varias marcas europeas de brandy, entre las que se encuentran las españolas Miguel Torres y Bodegas Osborne. El daño a estos productos españoles propició precisamente el cambio de postura del Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque en un principio España se mostró a favor de estas tarifas, las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las que pidió evitar una guerra comercial con China durante su viaje al país, fueron interpretadas como un cambio rumbo por parte de España que acabó absteniéndose en la votación celebrada el pasado 4 de octubre.
Mientras Francia ha llevado la voz cantante en la postura dura contra China, Alemania se decantó finalmente por votar en contra, ya que el gigante asiático representa alrededor del 30% de las ventas por parte de los fabricantes alemanes y las represalias por parte de Pekín pueden dañar fuertemente a su industria automovilística, en un momento de fuerte debilidad económica de la tradicional locomotora alemana.
Según los datos de la patronal catalana, Foment del Treball, el sector porcino español podría perder 500 millones de euros anuales en caso de que China amplíe la ofensiva y suba sus tarifas arancelarias a estas importaciones. Actualmente España es el socio europeo que exportar más cerdo a China (el 80% se concentra en Cataluña y Aragón) y sector cárnico sustenta aproximadamente 115.000 empleos en España En 2023, China fue el cuarto socio comercial de España y el segundo proveedor de bienes. Aparte del sector cárnico, las empresas españolas que cuentan con más presencia en el gigante asiático son las relacionadas con la energía, los servicios financieros, la consultoría, el textil, la automoción, la electrónica, el turismo, los servicios legales o las telecomunicaciones.