"Trabajan día a día al doscientos por cien para dar un trato impecable a las víctimas, solucionar sus problemas y dotarlas de la mejor protección posible". Así define Ibón Domínguez, portavoz de Jupol, la labor de las Unidades de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional. Agentes especializados que trabajan al límite de sus posibilidades, sin medios materiales ni humanos, y que sufren tanto el abandono del Ministerio del Interior, que dirige Fernando Grande-Marlaska, como el de la Dirección General de la Policía (DGP).
"En muchas provincias la ratio de víctimas por agente supera el centenar", denuncian desde ese sindicato, lo que implica una sobrecarga de trabajo para los policías destinados a estas unidades. Y la media en el territorio nacional no es mucho mejor: un agente por cada 60 víctimas. Por este motivo, porque esta cifra "no es suficiente para garantizar la seguridad de las víctimas", solicitan a Interior que "no abandone a las UFAM y ponga a su disposición todos los medios materiales y humanos necesarios para poder luchar de la mejor forma contra la violencia hacia las mujeres".
Ante esta situación, desde Jupol han solicitado a la Dirección General de la Policía que actualice, de una vez por todas, el catálogo de puestos de trabajo, que no se ha modificado desde el año 2008, incrementando las plazas disponibles para todas las UFAM. De este modo, no solo se liberaría de carga de trabajo a los agentes sino que se podría dar un mejor servicio a todas las víctimas. Porque esta lacra no solo afecta a las mujeres, también incide de manera directa en los más pequeños de la casa.