Tras la declaración, el pasado mes de febrero, como Bien de Interés Cultural (BIC) de la Pirámide de los Italianos en Burgos, la Asociación para la Reconciliación y la Verdad Histórica hizo idéntica petición a la Junta de Castilla y León para el Águila de Sagardía, enclave que dista alrededor de 18 kilómetros del túmulo levantado en 1939 como sepultura para los soldados italianos fallecidos en los alrededores durante la Guerra Civil.
Según explican a este diario fuentes del Gobierno autonómico, en febrero de 2023 recibió solicitud por parte de la asociación para su protección. Se acompañaba de un «Informe sobre los valores arquitectónicos del monumento», otro sobre los «Monumentos bélicos del noroeste de la provincia de Burgos y su relación con el CTV Italiano y la columna Sagardía», así como un anexo de fotos.
Con posterioridad, en julio de 2024 se recibió por correo electrónico un artículo sobre el «Monumento a la 62ª División situado desde 1939 en Alfoz de Bricia» y un «Estudio sobre los aspectos de estilo, simbología y composición» del mismo monumento, enviados a su vez «para su posible publicación a una prestigiosa revista de historia militar».
Según la Consejería de Cultura de la Junta, «la documentación relativa a la Columna Sagardía no está avalada por ninguna institución científica, a diferencia de lo que ocurría con la Pirámide de los Italianos (en este caso, la solicitud se acompañaba de tres artículos publicados en revistas de prestigio: Sautuola / XXI Instituto de Prehistoria y Arqueología, Atrio. Revista de Historia del Arte y el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Jorge)». Por este motivo se considera que «no es posible valorar la procedencia o no de iniciar alguno de los procedimientos para proteger el bien en tanto no se complete la información que avale su incoación».
Javier Campal, presidente de la Asociación para la Reconciliación y la Verdad Histórica, se entera por LA RAZÓN de la noticia: «No tenía constancia, no nos han notificado», dice, al tiempo que lamenta la decisión, porque, en su opinión, «queda clarísima la importancia del monumento con las pruebas periciales aportadas, pero insistiremos».
Apunta Campal que hay un agravio comparativo en relación con otros casos recientes, como ha ocurrido en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, respecto a la fábrica de Clesa. «Me gustaría ver las publicaciones y los informes avalados por catedráticos o eruditos, que no habrán hecho nada; lo nuestro me parece alucinante, una persecución política, porque con esos informes es más que suficiente», defiende.
Asegura el presidente de la entidad que el monumento que recuerda a la Columna Sagardía «está en un paraje abandonado desde hace 30 años, ahí no va nadie. Y no molesta a los lugareños, porque yo he hablado con ellos», e incluso «ni se ve desde la carretera». Refiere Javier Campal que «no hay parking, no hay nada, pero quieren que acabe como un altar que había allí de Falange, ya destrozado; que se vaya cayendo poco a poco, como estaba el Arco de Triunfo de Moncloa [la misma asociación denunció su abandono y el Ayuntamiento de Madrid ha empezado su restauración], o como el Valle de los Caídos: alegar que es peligroso para un día cerrarlo y derruirlo por la noche».
El monolito, según reza la petición para hacerlo BIC, «es un conjunto imponente de gran significado castrense, una construcción singular formada por una gran mole de hormigón y mármol que representa al águila imperial preparada para alzar el vuelo». El conjunto «es macizo, sin huecos, rodeado de una cenefa de mármol negro en la que se lee, por un lado ‘Presente’, y por el otro toda una lista de los batallones y banderas que formaban la 62º División [del Ejército de Navarra] junto con otro listado de sus gestas de campaña». Los hombres del general Antonio Sagardía defendieron el Frente del Norte, participaron en el asalto al puerto del Escudo y entraron en Santander en 1937.
El entonces consejero de Cultura Gonzalo Santonja habló de un expediente «bastante bien documentado», lo que contrasta con la opinión actual del Ejecutivo castellano y leonés, donde ya no está Vox. Para Campal, esta es «la clave». Confirma el presidente de la asociación que se reunió junto al monumento «con seis representantes de la Junta, en presencia de un arquitecto, abogados e historiadores, y lo vieron bien. Tiraron adelante, pero como la prensa le dio después tanto rebote, hubo tanta repercusión en sentido negativo, que cuando se fueron los de Vox la situación debió cambiar» y «están más a lo que dice la izquierda, bailándole el agua.Tienen más miedo que vergüenza». Denuncia Campal que a medida que pasa el tiempo «el deterioro del Águila de Sagardía es evidente; he estado allí cuatro o cinco veces y se ve que cada vez va a más», porque «lo han intentado romper», aunque «son monumentos muy toscos, los hacían a conciencia».
Recuerda el responsable de la Asociación para la Reconciliación el «aspecto que tiene ya el [madrileño] Arco de Moncloa, que decían que era imposible y ahora da gusto verlo sin pintadas, porque les ha obligado un juez a mantenerlo impoluto. Imposible no hay nada», concluye, con el objetivo de perseverar en la defensa del Águila de Sagardía.