El ecologismo radical, abrazado por la izquierda de la misma tendencia, ha condicionado en los últimos tiempos no solo el cierre de la energía más barata, persistente y verde, la nuclear, llamada energía de respaldo cuando todo falla, sino el mantenimiento adecuado de bosques, dehesas, ríos y arroyos. Dicen esos ecologistas que hay que dejar que los ríos y los peces que los surcan se muevan con libertad , sin presas de laminación, para contener las riadas, ni nada por el estilo. No hay que limpiar los cauces del río para que fluya ordenadamente, ni los bosques para limitar los incendios. Naturaleza en estado puro. El problema es que el ser humano convive con la naturaleza y hay que llegar...
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